🅸🆅 Tormenta

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Los días pasaron y gracias a las tutorías de Wangji, Jiang Cheng logró pasar sus exámenes con sobresalientes. Así que feliz por su gran desempeño en los estudios y sus favorables interacciones con su cuñado, A-Cheng decidió comprarle un regalo.

Estuvo dando cientos de vueltas por el centro comercial hasta que finalmente se frustró al no saber que podría gustarle. A Wangji no le interesaba su estilo de ropa y por lo tanto eso no era una buena opción; los libros, muchos ya los había leído y a su parecer tenía gustos anticuados, así que decidió pasar de ello y buscar otra cosa.

Pasó más de tres horas recorriendo el centro comercial y descartando cada cosa que veía, Jiang Cheng sabía que Wangji amaba las flores, pero creyó que sería extraño llevarle un ramo. Así que mientras descartaba llevarle pinturas y oleos, que más que un regalo parecía que lo estaba surtiendo de material, se topó con algo interesante y que no sabía si Wangji poseía.

Así que después de un breve mensaje a Xichen, compró el regalo y lo llevó a envolver.

Al llegar a casa, A-Huan ya se encontraba en el lugar y se quedó observando con gran curiosidad la reacción que su hermano tendría al detalle de A-Cheng.

Wangji por otro lado estaba tan centrado en sus deberes que ignoró la llegada de Wanyin, solo cuando lo vio sentarse a su lado y sonreírle fue que dejó de lado sus cosas para ponerle atención. Normalmente ignoraría la presencia de alguien más, pero empezaba a conocer al chico y sabía que no se retiraría del lugar hasta que le prestara atención. No era tan molesto como Huaisang, ni tan intenso como Wei Ying, por lo que solo debía contestarle aunque sea una vez y Jiang Cheng estaría conforme con ello. Así que esperó a que preguntara algo como normalmente hacía, pero se sorprendió cuando lo vio poner un regalo en sus manos.

—Es para ti Wangji, espero que te guste.

A-Zhan observó el paquete y sin moverse aseveró.

—No es mi cumpleaños. Ni una ocasión especial ¿Por qué me das un regalo?

Jiang Cheng sonrió al presentir que esas serían sus dudas. Sin embargo, solo agitó la mano restándole importancia y mencionó.

—Las personas dan regalos a quienes les agradan y no necesita ser una ocasión especial. Pero si necesitas una razón, digamos que es porque obtuve una buena nota gracias a tus lecciones.

—Felicidades... y gracias— musitó Wangji satisfecho con su respuesta, y luciendo intrigado por el obsequio en sus manos, se dedicó a observarlo con cuidado hasta que su hermano lo alentó a abrirlo.

Con mucho cuidado y lentitud, A-Zhan retiró el papel que lo envolvía procurando no romperlo o arrugarlo. Eso puso aún más nervioso a Wanyin que quería saber si le gustaba el objeto o no, aun así fue paciente y esperó hasta que Wangji lo desenvolvió.

— ¿Te gusta? También compre esto para que tengas más opciones— comentó A-Cheng sacando de su mochila un paquete de esencias, aliviado de no haber pedido que lo envolvieran también.

A-Zhan vio las botellitas y el aparato, pero no supo cómo usarlo. Su hermano al ver su semblante, rápidamente habló.

— A-Cheng creyó que un difusor te gustaría, ayudara a relajarte y puedes colocarle diferentes aromas. ¿Por qué no leen las instrucciones y lo prueban?

Wangji asintió y extendió el obsequió a Wanyin antes de buscar el manual. No fue demasiado complicado y en unos cuantos minutos la pusieron en funcionamiento. A-Zhan se quedó encantado por el suave olor a rosas que desprendía, y comenzó a mirar el nombre de los otros aceites.

—Escogí las esencias florales que habían—aclaró Jiang Cheng— pero podemos buscar más si quieres o comprar en línea.

Lan Zhan sonrió como pocas veces hacía antes de murmurar.

𝑼𝒏 𝒊𝒎𝒑𝒓𝒆𝒗𝒊𝒔𝒕𝒐 𝒕𝒖́ 💐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora