Prólogo

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03:00 Am

Gritos, insultos, borrachos pidiendo una" última cerveza" desde hace dos horas, golpes y peleas entre los borrachos y los que aún pueden mantenerse en pie. Nada fuera de lo común en el turno de noche.

¡Niña, pon otra ronda! –

Grita un hombre de unos 40 años, lleva un uniforme de las minas, tiene restos de tierra mezclado con sudor por toda la camisa, aparte de que es evidente de que está mal abrochada, tiene las manos callosas, y los brazos llenos de cicatrices. Haciendo honor al apodo dado por el pueblo, Bausen, lleva un parche sobre el ojo izquierdo. Perdió el ojo hace años por culpa de un novato que se le escapo el pico de las manos, con la mala suerte de que le perforo el ojo.

Arya Neisson, que hasta este momento estaba atendiendo en la barra, saca otra jarra de cerveza, el cristal del vaso está desgastado por los años, dándole un aspecto blanquecino. Abre el grifo de cerveza y llena la jarra, la supuesta cerveza, es más espuma que otra cosa, piensa Arya cada vez que sirve una jarra de cerveza.

Esquivando a gente y mesas, Arya le lleva la cerveza a la mesa, Parche sonríe y se la arrebata de las manos, le da un buen sorbo, llenándose los agrietados labios de espuma.

Apúntamelo - dice él antes de darle otro largo trago a la cerveza.

No puedo apuntarte nada más, me juego el puesto - dice ella.

Parche se endereza en su asiento, haciendo crujir algunos huesos de su espalda, mira a Arya, mostrándole una mirada desafiante, en respuesta, ella se mantiene inexpresiva. Parche se levanta de su asiento, le saca más de tres cabezas a Arya, muchos se habrían asustado en este momento, pero Arya se dedica a levantar la cabeza y devolverle la mirada. Parche resopla y le lanza un puñetazo a la chica, pero este nunca llega a impactar.

Los ojos marrones de Arya, ahora resplandecen de un verde esmeralda, el brazo de Parche esta inmóvil en el aire, él hace sus mejores intentos por moverlo, pero no lo consigue, una fuerza invisible se lo impide, es como si la misma Arya le estuviese aguantándole el brazo, pero ella no lo está tocando, ni siquiera se ha movido de su sitio, le sigue mirando fríamente, el único cambio en ella han sido sus ojos.

Los clientes que estaban bastante pendientes a la escena, empiezan a murmurar, Arya alcanza a escuchar siempre la misma palabra, el mismo adjetivo o insulto que le repiten desde niña; "Mestiza"

Parche, largo – Kerr el dueño de la taberna, hace acto de presencia por primera vez en lo que llevan de noche.

Los murmullos cesan y ahora la atención se la lleva Kerr, Arya deja de hacer presión sobre el brazo de Parche, sus ojos vuelven a la normalidad y la presencia invisible que antes sentía Parche desaparece. Parche le lanza una mirada de odio a Kerr, avanza paso lento, haciendo crujir la vieja madera, se detiene en el marco de la puerta, se gira y señala directamente hacía Arya.

Esto no se queda aquí, maldita mestiza – dice antes de salir, no sin antes pegar un portazo que hace vibrar todas las paredes.

El último reinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora