Capítulo 9

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La taberna está casi vacía, solamente hay algunos clientes que a pesar de la hora, ya han empezado a tomar las primeras copas.

Kerr coloca tres tazas con un líquido acuoso que pretende ser café. Slade que se encuentra sentado en una de las sillas de la barra, coge una de las tazas, y bebe de ella.

- Me debes 2 monedas de oro – Dice Kerr

- ¿Me vas a hacer pagarlo? – Responde Slade

- Te iba a invitar, pero me lo he pensado mejor –

- Kerr, ¿Me vas a odiar mucho más tiempo? –

- Sí, y reza para que no te prohíba la entrada –

- Si me prohíbes la entrada, Arya te odiará – comenta Slade con una sonrisa.

- No creo, me dará la razón – Slade bufa y se deja caer en el respaldo de la silla, con una expresión de agotamiento.

- Esto te pasa por enviar a Arya con los dos idiotas esos – Dice Kerr dándole un ligero golpe a Slade en la cabeza con una bandeja.

- ¡No sabía que tenías instinto paternal! – Slade levanta un poco la voz, haciendo que las pocas personas presentes, le dediquen una mueca de asco.

- Conozco a esa niña desde que tiene 5 años, prácticamente la he criado yo. ¿Cómo quieres que no tenga instinto paternal? –

- No es mi culpa, solamente he juntado a los que tienen más potencial –

- Podrías haberla juntado con Nathan o Kiera, pero no, el niño decide juntarla con Elliot Bech – Kerr hace hincapié en su nombre.

- El chico aparenta más de lo que es, como muchos intenta sobrevivir en este sitio, y para eso ha tenido que ganarse esa mala reputación, pero si te esforzarás por conocerlo, te darías cuenta que Elliot es una buena persona, un poco dramático para mi gusto, pero se sobrelleva. – Dice Slade dándole otro sorbo al café.

Slade se lleva la mano al bolsillo del pantalón, saca 2 monedas de oro, y las coloca sobre la barra antes de darle el último sorbo al café.

- Que sepas que sé que me has cobrado de más, un café cuesta 1 moneda de oro – Dice Slade con una de sus típicas sonrisas.

- Eso te pasa por llevar a mi niña con el idiota de Bech –

- Vale, tu ganas, cuando vuelvan les diré que no trabajarán más juntos. ¿Pero estás seguro que quieres que "tu niña" este sola?-

- Se está rifando un puñetazo y tienes todas las papeletas Lenz –

- No me gustan las amenazas – Dice Slade en un susurro.

- ¿Podéis dejar de amenazar y decidir sobre Arya? – Interrumpe una tercera voz.

- No te metas Nathan, porque al final también te llevas el puñetazo – Dice Slade con gesto cansado. Nathan frunce el ceño, cuando ve la expresión de Slade.

- Los tres sabemos que nadie tiene el valor para enfrentarse a Arya – Señala a Kerr con el dedo – Tu mismo te encargaste de eso – Dice Nathan con el tono de voz tranquilo que le caracteriza.

- ¿Podemos dejar está conversación absurda y empezar a hacer el plan? – Interrumpe Slade. Tiene el ceño fruncido y una expresión de desesperación.

- Al fin tienes una buena idea – Responde Kerr con una sonrisa burlona. Nathan bufa y coge una de las tazas.

- ¿Tengo que pagarla? – Pregunta

- Para ti, es gratis –

- ¡Venga ya! – Exclama Slade.

Nathan sonríe y bebe de la taza. Slade se levanta en silencio, tiene el ceño fruncido, y su sonrisa ha desaparecido, Nathan lo observa, mantiene la calma ante el extraño comportamiento de su amigo, dirige una mirada interrogante a Kerr, pero este tampoco parece saber nada. Nathan se levanta en busca de Slade, que se ha levantado colocándose en medio de la taberna, ganándose todas las miradas y varios susurros.

- Oye – Dice Nathan con voz calmada, le pone una mano a Slade en el hombro para ganar su atención.

Slade se libera de su agarre y sale de la taberna bajo las miradas de Nathan y Kerr.

El último reinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora