El profesor siguió con su explicación, dando más ejemplos y hablando de algunas de las bestias más famosas, su relación con los mitos y el concentró al que estaban vinculados. Pero Connan no acababa de procesar todo aquello, y a cada palabra que su profesor decía ella se sentía más confusa y abrumada...
¿Y si realmente eran aquellos "magos" los que de verdad ayudaban al mundo?... En vez de ellos.
La cosa tenía sentido, antes de saber todo aquello, los brujos siempre le habían gustado, le había gustado leer sus historias e imaginarse que era uno de ellos, fuera de su aburrida y monótona vida. Al fin y al cabo... los magos eran humanos... y buscaban su bien... la humanidad los quería y los respetaba... Pero ella no quería hacer nada malo, ni sus profesores ni compañeros... Entonces, ¿qué debía creer?
"Ninguna, y las dos a la vez", se dijo, el tiempo lo dirá, los acontecimientos ocurrirán y entonces podría ver quién era realmente quien ayudaba a la humanidad... pero... ¿y si ya era demasiado tarde?
Solo quedaba una opción, porque la historia si repite, ¿no?
Pasó el resto de la mañana sin hablar mucho con nadie, aparentando prestar atención en el resto de clases cuando en realidad su mente estaba en otra parte. Comentó un par de cosas sobre las lecciones con Iker, pero este respetó su silencio, entendiéndolo perfectamente, principalmente porque el también se sentía así.
Al terminar su última asignatura, salió de la clase y se sentó en uno de los bancos del pasillo, esperando a que todos se fueran al comedor para evitar cualquier clase de preguntas y tener más intimidad.
- ¿No vienes a comer? - le preguntó Iker al ver que no se movía de allí.
- No... sí... bueno, luego iré.
- Bueno... pero no tardes demasiado o cerrarán el comedor.
- Sí, sí.
- Pues adiós Connan.
- Adiós...
Y así Iker se dirigió al comedor, dejando a la chica sola en el pasillo, que esperó a estar fuera de su vista y se levantó, directa a la biblioteca. Está aún estaba lejos así que tardó un poco en llegar, al entrar chocó contra una persona, una chica, supuso, bajita y de pelo castaño y liso recogido en una coleta... ¿No era esa una de sus compañeras de clase?
- Agh. - se quejó Connan, ¿ que clase de suerte tenía para intercambiar las primeras palabras con sus compañeros de clase gracias a golpes? - Ey... ¿estás bien?
- L-lo siento... - se disculpó la chica en voz baja, a continuación levantó la mirada hacia los ojos de Connan, pero apartó la vista enseguida, sonrojada de... ¿vergüenza?
- ¿Quieres que te ayude? - le sugirió Connan al darse cuenta del los libros esparcidos por el suelo, que probablemente la chica llevara aunque ella no se había percatado hasta el momento. Pero antes de darlo tiempo a tocar siquiera uno, la chica los cogió todos y se fue corriendo, dejando a Connan sola nuevamente.
"No importa", se dijo a si misma, aquella biblioteca era enorme y no sabía cuánto podría tardar en encontrar aquello que buscaba...Cuatro horas.
Habían pasado cuatro horas y no había encontrado ni una insinuación de lo que estaba buscando, había encontrado incluso un artículo sobre cómo pelar la piel de los animales pero no encontraba ni una sola línea sobre la antigua guerra sobre los brujos... o sobre su poder. Había decidido buscar sobre ello también, ya que estaba encontrando de todo quien le garantizaba que no encontrar algo sobre eso, se suponía que hacía mucho que nadie tenía aquel poder, según le había dicho todo su profesorado, también le habían dicho que investigara sobre él. Así que les había hecho caso, pero tampoco encontraba ninguna mención al tema.
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Vinculado al dolor.
Science FictionPara algunos lo anormal es lo normal, los hechos extraños no son más que comunes en su día a día. El resto, vive en la ignorancia. Connan antes era así, una más entre millones, pero las cosas cambiaron cuando llegó a aquel lugar, donde le mostraron...