Capítulo 14

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Nada más llegar a su habitación, Connan cogió el libro de su mesilla de noche y se dejó caer en su cama, aún seguía pensando en las palabras de Mars... le había dicho que no había tenido la culpa de nada, y que por nada del mundo le odiaría... pero... A pesar de eso no se había esperado una historia tan... ¿trágica?... Definitivamente, no aquello, pero no debía darle muchas vueltas, creía que sería mejor no hacerlo... por ella... y por su amigo.

Así que se incorporó y recolocó las almohadas de su cama para hacerse una especie de respaldo, porque, aunque tenía un cómodo sofá en su habitación, le daba pereza moverse hasta allí. No estaba acostumbrada a madrugar tanto, ya que las clases particulares a las que asistía eran siempre en su casa, sobre las nueve de la mañana, o un poco más tarde, por lo que aunque no fuera demasiado tarde, tenía bastante sueño.

Se recostó y hojeó un poco el libro, cosa que todavía no había hecho, y se percató de que este estaba escrito alternando tinta negra y roja, con algunos dibujos y flechas.

Abrió el libro por la primera página y comenzó a leer, los caracteres extraños en otra lengua que al parecer solo ella entendía y podía ver.

El escrito decía esto:

Hola, mi nombre es Dandara Niell, general del quinto escuadrón de los vinculados.

Actualmente no sé ni que hora, día o año es, poco importa en este mundo en guerra, una batalla en la que me he visto incluida sin yo quererlo en absoluto. Pero deseo escribir este diario, aunque dudo que resista más de una sola década de una sola pieza, pero si esto se vuelve a repetir, por si alguien como yo vuelve a aparecer, quiero que tenga unos fundamentos, una ayuda para su poder.
Sé que si estás leyendo esto, eres como yo, una vinculada a la destrucción, hace poco descubrí estos caracteres, que nadie puede ver y menos leer, en parte es gracias a ello que estoy escribiendo estas crónicas.

Pero bueno, te contaré un poco sobre mí y la situación actual.

Ignoro la fecha de mi nacimiento, también cuántos años han pasado de eso, pero recuerdo que nací en un pueblo de la montaña, alejado de todo, cómo no, mis padres participaban en la guerra, todo el mundo lo hacía, te entrenaban desde pequeño para ello, para participar en la guerra, claramente del lado humano.
Normalmente, las mujeres humanas participaban el la guerra de forma indirecta, pero en mi caso fue distinto, ya que al entrenarme vieron mi gran fuerza y resistencia, fruto de mi vinculación, y decidieron adiestrarme para convertirme en una guerrera de primera.

Todo iba más o menos bien hasta que una batalla tuvo lugar cerca de nuestro pueblo, el cual acabaron destruyendo, y en un intento de salvar a mi familia, desperté el poder, abriendo profundas heridas en la piel de los vinculados, quienes, estupefactos, me llevaron a su cuartel. Allí me explicaron todo, quien era, qué era aquel poder y cual era realmente la situación actual. Fue así como me pasé al bando de los vinculados, entrenando y ascendiendo poco a poco hasta mi puesto actual. Mientras la guerra continuaba, sin ganar ninguno de los bandos, porque uno era colosal aunque con menos poder, porque aunque tengan ese extraño material con el que pueden obtener un poder parecido al de un vinculado, no todos pueden usarlo, y el otro más reducido pero con un poder desmesurado.

En ese momento, el texto pasaba a estar escrito en rojo, con símbolos dibujados a su alrededor... un momento... ¿Acaso era aquello?... ¿Un entrenamiento?

Connan no puedo alegrarse más, hacía mucho que nadie había aparecido con su vinculación, así que ninguno de sus profesores o compañeros había podido ayudarla, y allí en frente de sus narices tenía un entrenamiento completo y detallado. No se lo podía creer. Pero en ese momento, decidió centrarse en la historia, ya se informaría sobre el resto más tarde.

Vinculado al dolor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora