CAPÍTULO 2: 10 de diciembre, 2014.
Tras la respuesta de ese extraño doctor vuelve a sonreír; es un tanto escalofriante y de hecho cuesta creer que su cerebro sea excepcional en este delicado campo de la medicina. Inseminación y vida artificial, Mikey también me ha dicho que tiene muchos premios en esos aspectos, parece más una novela de ficción que un caso real.
— Señor Ryuguji, usted irá a la sala de donaciones, — me dice sacudiendo un poco sus rubios cabellos— uno de mis enfermeros le mostrará el camino. Y por supuesto usted, señor Sano, me acompañará a otra planta, ¿de acuerdo?
Mikey asiente y va caminando tras el doctor, aunque antes me mira, ¿quizá está nervioso después de todo? Lo veo lógico, incluso alguien como él puede sentir algo de miedo de cuando en cuando. Le sonrío viendo que se ha calmado al verme, luego deja la habitación junto al doctor; segundos después entra por esa misma puerta un empleado de la clínica, que se presenta como Hayashida Haruki, curioso, también tiene una cicatriz en el rostro.
— El señor Ryuguji, ¿cierto? — asiento y él sigue hablando— Por favor sígueme, me encargaré de guiarte a la sala correspondiente... si no acabo perdiéndome, claro.
Le sigo no muy seguro mientras que el chico ríe, no hace falta ser muy inteligente para darse cuenta de que nos hemos perdido. Hemos pasado por el mismo pasillo ya 7 veces, hemos subido y bajado las escaleras incontables veces, las mismas etiquetas en las puertas, los mismos quirófanos, por no hablar de esa expresión de pura confusión que muestra el enfermero.
— Ahí va... pues parece que sí nos hemos perdido, señor Ryuguji. — me mira rascándose la mejilla y ladeando la cabeza— Y no tengo aquí nada para comer, haaa, y eso que mi bella esposa cocina magníficamente bien. Deberías probar uno de sus platos algún día, señor Ryuguji, no te defraudarán.
— Umh...— ni asiento ni niego, pues poco me importa la mujer del chico.
Suspiro mirando hacia un lado y luego hacia otro, intentando ubicarme, ¿en qué planta estamos? ¿Dónde está la dichosa sala de muestras? Se supone que esto es un centro médico, la gente que trabaje aquí tiene sus estudios universitarios, ¿qué clase de persona no sabe ubicarse en su lugar de trabajo?
— Oh, allí está, ¡Peh-yan, Peh-yan, aquí, estamos perdidos!
Miro de nuevo hacia el chico, se ha asomado por una de las ventanas y le hace señas a... no sé, a otra persona, me imagino que está en los jardines internos del edificio. Por suerte ese chico viene, lo primero que hace es disculparse por la mala orientación del otro y luego se presenta como Hayashi Ryohei -otro enfermero-, espero que éste sí sepa dónde debo ir.
— Lamento profundamente las molestias, — vuelve a disculparse, ya por 4ª vez, mientras me guía por los pasillos— Pah-chin tiene el cerebro de un gorila, ¿cómo se te ocurre perderte con un cliente para la inseminación? De verdad, ¿en qué estás pensando?
— Wah, Peh-yan me halagas~
— ¡Hazme caso, te estoy regañando!
— ¡Señor Ryuguji, tengo miedo! — corre hasta aferrarse a mi brazo— ¡Mi bella esposa se ha enfadado conmigo!
— ¿Es "ÉL" tu bella esposa? — pregunto señalando al otro joven.
— Por supuesto, Peh-yan me quiere con locura y me cocina todos los días, ¡es la comida de mi cariñosa esposa!
— ¡¡Pah-chin, ven aquí ahora mismo!!
El más alto se echa a correr tras el otro, que huye moviendo corriendo de un lado a otro. Si sólo dejaran a un lado sus cosas y se centraran en esto... vuelvo a estar perdido en este gigantesco sitio, ¿qué se supone que hago yo ahora?
— ¡Y Yumi está aquí para salvar el día!
— ¿Qué es esta vez? — suspiro girándome hacia la voz nueva, veo a una enfermera de pelo negro con dos coletas correr hacia mí.
— ¡Por aquí, por aquí! — sujeta mi mano y tira de mí.
Normalmente no me dejo arrastrar por desconocidas, pero... ¿qué más da? Más perdido no puedo estar en este sitio. Aunque para mi sorpresa me guía correctamente hasta la sala correspondiente, ¿cómo ha sabido a dónde me dirigía?
— Aquí, ¿verdad? ¿Es aquí, es aquí?
— Sí...
— ¡Yei, Yumi vuelve a acertar! — me suelta y alza sus brazos hacia arriba, supongo que es bueno ver a gente tan alegre— Entonces voy a por Pah-chin y Peh-yan. Gracias por venir a nuestra clínica.
Se despide de igual forma y se marcha corriendo llamando a los otros dos chicos por los pasillos. ¿Qué clase de clínica es ésta? ¿De dónde salen estos empleados?
Niego varias veces con la cabeza, ése no es mi asunto, suspiro abriendo la puerta de la sala, siguiendo la estética de este sitio, pues tanto paredes como techo y suelo son de un blanco absoluto -me llega incluso el fuerte olor a limpiador-; por una puerta a la derecha veo aparecer al doctor Inui, me saluda, se disculpa por el comportamiento de sus empleados y luego me explica con más detalle el proceso de inseminación, cosa que le ha llevado casi 10 minutos.
— Durante una semana el receptor debe permanecer aquí para realizar las pruebas necesarias, ¿está de acuerdo con ello, señor Ryuguji? — me pregunta mientras me extrae sangre del brazo, no sé por qué le hará falta, pero bueno, él es el doctor, ¿no? Mejor confiar en él.
— Debo estarlo.
— ¿Alguna pregunta sobre el proceso en sí? — me dice mirando la sangre, sujeta un fino tubo entre sus dedos— Si tiene alguna duda, ahora es el momento de decirla.
— Me acabas de explicar cómo es, lo he entendido.
— No le veo especialmente preocupado para ser una intervención tan complicada, ¿cierto, señor Ryuguji? — por 1ª vez me mira a los ojos, aunque me sigue crispando los nervios que no haya soltado el tubito con mi sangre— ¿Tan confiado está?
— ¿Debería preocuparme?
— ¡Haha! Los demás donantes se aterrorizan cuando les comento la operación. — ahora me mira con una sonrisa un tanto perturbadora, empiezo a preocuparme por Mikey, ¿será este tío quien lleve a cabo todo el proceso? — En resumen: se reagrupan los órganos internos, se crea la falsa placenta gracias al Dresden Slate, y por la misma sustancia el embrión puede desarrollarse.
— Te estás repitiendo. — le digo suspirando, todo eso me lo ha explicado hace un momento con tanto lujo de detalles en sus descripciones que me ha parecido bastante desagradable.
— ¡Hahaha! — es extraño que ahora haya aplaudido, aunque al fin ha soltado el tubo— ¡Es usted el cliente perfecto, tanta indiferencia cuando la vida del receptor está en juego por traer otra al mundo!
— Te gusta bastante el drama por lo que veo. — me tenso cuando retira la aguja, ese último pinchazo ha dolido un poco— Pero, volviendo al tema, sí tengo una duda. — ahora me mira mientras se quita los guantes que cubrían sus manos— ¿Por qué sólo niñas? — no es que me importe el género, pero en su programa establece que SÓLO dará vida a niñas, no a niños, me intriga.
— Oh, eso... — su mirada se apaga por unos momentos murmurando el nombre de alguna mujer -¿quién es Akane?- y después sonríe mirándome, pero pese a que sonríe, sospecho que en cualquier momento romperá a llorar— ¿No cree que es hermoso tener una hermana?
— Supongo que tendrás tus propios motivos. — me llevo la mano al bolsillo alzándome de hombros, pillo el mensaje, no volveré a insistir en el tema— Ah, aquí no se puede fumar, ¿cierto?
— No debería fumar, señor Ryuguji; al señor Sano no le vendrá nada bien respirar el humo del tabaco. — me aconseja poniéndose en pie y guardando los botitos de sangre en un pequeño maletín— Puedo recomendarle un buen tratamiento sustituyente de la nicotina.
— Olvídalo. — suspiro algo resignado en mi sitio, aunque supongo que sí debería ir pensando más seriamente en el tabaco.
El doctor me señala la otra puerta que hay en la habitación, le sigo con la mirada y me dice que es ahí donde debo aportar mi muestra de semen; es algo obvio, sin espermatozoides pues no se puede siquiera imaginar un proceso de inseminación.
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KISEKI - Drakey/Bajifuyu/MitsuKai
FanfictionADAPTACIÓN El fanfic original es de Flamingori, tengo el permiso/autorización de la autora original para dicha adaptación. Resumen: Draken y Mikey están por someterse a un tratamiento de fertilización invitro en una clínica experimental para parej...