El caso de Mitsuya y Hakkai II

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CAPÍTULO 2: 29 de septiembre, 2016.

Es demasiado propio de Hakkai el confesarse con un "por favor quiéreme", ¿qué clase de persona pide estas cosas 'por favor'? En serio, pasarán los años y seguiré sin entender cómo aquel caluroso día de julio se confesó de esa manera tan extraña como repentina

Bueno, no puedo decir que me haya disgustado, pues era tremendamente divertido ver cómo con el paso de los días se seguía sonrojando hasta las orejas cada vez que me acercaba a él, cómo suspiraba cuando "sin querer" le tocaba o cómo se echaba a temblar entre mis brazos con cada beso. Muy posiblemente caí por él sin haberme dado cuenta, el hecho es que han pasado años enteros desde mi último encuentro con cualquier otra persona..., debe ser amor me imagino.

Sí, debe serlo, de otra forma no comprendo la extrema fidelidad que le profeso; pensar que cuando joven veía como algo rarísimo el acostarse dos veces con la misma persona, y ahora no me imagino lejos de Hakkai..., sin duda él me ha cambiado en muchos aspectos. Y no sólo con la apertura de mi propio estudio de diseño, pues fue gracias a su disparatada idea de compartir piso que pude ahorrar el dinero suficiente como para convertirme en jefe de mi propio negocio; sino con todo en general, me cuesta explicarlo debidamente, pero creo que haría cualquier cosa por simplemente verle sonreír.

Ya que he tocado el tema de su sonrisa, debo decir que este aspecto me está preocupando bastante últimamente, lleva varios días mostrando una sonrisa, digamos, "más apagada". Me asusta un poco porque me recuerda a la expresión que mostró hace años, esa sonrisa fingida que contenía sus lágrimas..., me encantaría saber el motivo, pero por más que le pregunto, no me dice nada al respecto, sólo: "no es nada, Taka-chan, sólo no me acostumbro del todo a trabajar en un estudio".

Es obvio que miente, las expresiones de Hakkai son todo un libro abierto para cualquiera que le conozca lo suficiente. E incluso si se debiera a su cambio de trabajo, eso ocurrió ya hace meses, no es posible que aún siga sin habituarse a haber dejado la editorial y trabajar en un estudio independiente de fotografía.

Como sea, intento centrarme en los papeles que tengo enfrente, son los nuevos precios de las telas y demás insumos de mi trabajo. Ya he pagado el permiso de venta, así que no tengo problema en estos aspectos, al menos no este mes, pero las reuniones con los distribuidores son un verdadero dolor de cabeza, suerte que he convencido a Senju-chan para que me acompañe a algunas de ellas..., aunque ha sido un mayor golpe de buena fortuna el que los presidentes de las compañías sean -en su mayoría- viejos verdes que caigan rendidos ante mi fría acompañante.

No en vano le pido que lleve ropa con algo de escote, sin duda ese abultado pecho suyo me ha abierto más de una puerta en el negocio; me sorprende que no se haya enfadado conmigo, a fin de cuentas la expongo como un trofeo en cada reunión que tengo con esa gente..., y aunque hace años hayamos tenido "ese" tipo de relación que no es amistad pero tampoco es noviazgo, pues no creo que sea suficiente como para mantenernos en buenos términos.

Sinceramente ignoro el motivo, pero me gusta pensar en Senju-chan como una amiga, ¿no es de amigos ayudarse cuando es necesario? Éste ha sido mi mejor pretexto para convencerla, claro que me he ganado más de una mirada asesina sobre todo cuando uno de esos viejales se pasa de la raya y se atreve a dejar la mano despreocupadamente en su muslo. Es ahí cuando se descubre el fiero carácter de Senju-chan, ha pateado a más de uno mientras yo me aseguraba de firmar rápidamente el contrato con la empresa correspondiente.

Es un proceso bastante divertido, pero me preocupa la de enemigos que Senju-chan pueda ganarse, un hombre frustrado sexualmente es peligroso..., ¿de verdad he dicho eso?

— Pareces divertirte.

— ¿Eh? —alzo la cabeza viendo a Draken de pie frente a mí, ¿cuándo ha entrado? O, mejor dicho: ¿cuándo ha llegado? —. No te he oído entrar.

— Lo normal cuando andas perdido en tus pensamientos —me dice sentándose en uno de los sillones del estudio, ha extendido ambos brazos sobre el respaldo y echado la cabeza hacia atrás. Y luego ha sacado un cigarrillo de su bolsillo para comenzar a fumar.

KISEKI - Drakey/Bajifuyu/MitsuKaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora