En tiempos de caos

¿Qué hace aquí?

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-¿Qué...?- estaba desorientada.

Los intensos rayos del sol y las corrosivas partículas de arena suspendidas en el aire no le permitían identificar el sitio en el cual se encontraba.

Decidió usar su magia para disipar estos elementos y así poder enfocar su vista. Y poco a poco fue distinguiendo las enormes dunas de arena que se veían a lo largo de todo el paisaje.

¿La habían arrojado a un desierto?

Caminó unos cuantos metros aún con el estupor del momento, y se detuvo un instante a observar con detenimiento los alrededores.

-...Es hermoso...- en otras circunstancias estaría encantada de presenciar toda la quietud que le hacía sentir el color sepia de la arena y el ligero vaivén que provocaba el viento sobre la misma.

Pero ya no podía detenerse más tiempo a contemplar el inhóspito paisaje.

Ya tenía el Darkhold, y ahora debía de personarse hasta Westview para cumplir con su primer parte del acuerdo; liberar a Ágatha de su hechizo, y ver a sus amados hijos una última vez.

Sin embargo, cuando ella pensaba en abandonar ese árido lugar divisó a lo lejos a un hombre que la estaba mirando fijamente.

Parecía confundido pero no precisamente por su presencia; aparentaba estar más desorientado de lo que había estado ella hacía unos minutos.

En un principio pensó que se trataba de una persona ordinaria, quizás algún viajero o un local de los alrededores. Pero tras analizarlo unos cuantos segundos se dio cuenta de que aquel hombre era todo menos alguien normal.

Él tenía algo.

No obstante, la Bruja Escarlata no sabía definir con exactitud qué era lo que lo hacía diferente del común, pero iba mucho más allá del caos que imperaba en su fragmentada psique, mismo que pudo percibir a pesar de la distancia que los separaba el uno del otro.

Y para hacer la situación aún más extraña, el apacible semblante de aquel hombre endureció drásticamente; lo hizo de una manera tan abrupta que había logrado sobresaltarla y activar todas sus alarmas.

Pero el percance no pasó a mayores; el extraño individuo se marchó tan rápido como había aparecido y ya no volvió a reparar en ella. Y lo vio desaparecer a lo lejos entre el paisaje desértico poco tiempo después.

Había sido un encuentro con un personaje muy extraño, pero ya nada le sorprendía a esas alturas si consideraba que ella misma entraba en la categoría de lo inusual.

"...Marc Spector..." fue lo único que pudo escuchar entre todo el ruido que producía la mente de aquel hombre.

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Caminaba a paso lento pero firme por las calles de ese suburbio de Nueva Jersey.

Haber regresado le produjo una amarga sensación debido a los recuerdos que lograba evocarle cada rincón de ese lugar.

La Bruja Escarlata utilizó su magia nada más puso un pie dentro de Westview; y ahora los habitantes no podían verla ni oírla.

No quería crear ningún tipo de percance que desatara una situación cuando menos agobiante para los que alguna vez fueron sus "amables vecinos".