En tiempos de caos

No es posible...

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Despertar en ese nuevo lugar fue toda una experiencia.

-Ok, esto me trae recuerdos.- Stephen sonrió ante sus memorias estudiantiles.

No necesitaron otra alarma más que el timbre escolar que resonó por todos los pasillos, a pesar de que las clases habían sido suspendidas.

-Seguramente fuiste un niño "krelboyne". -bromeó.

Él rió levemente.
-...Ahm...- ladeó su cabeza. -Bueno, no pude evitar que mi memoria fotográfica sobresaliera frente al promedio, querida.-

Wanda depositó un tierno beso en su frente.

-Siempre sobresaliendo, ¿no, doc?. -le sonrió cálidamente y él respondió de la misma manera.

Le gustaba tanto verla sonreír de esa forma.

-Ya es hora de levantarnos.- dijo dulcemente y pasó su cabello por detrás de su oreja.

Stephen se incorporó de la cama, mientras que Wanda se dejó caer pesadamente sobre su costado y suspiró con desgana.

El Hechicero volvió a sonreír.
-Descansa unos minutos más en lo que me doy una ducha.-

La pelirroja asintió y hundió su cara contra la almohada.

-...Mmm...- resopló.

Por algún motivo se sentía especialmente cansada. Y agradeció que la noche anterior Storm se hubiera ofrecido para cuidar de los mellizos esa mañana.

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-Voy a adelantarme. Me gustaría conversar unas cosas con el Profesor.- acarició su mejilla.

-Ok, en un momento bajo.-

Wanda se quedó pensativa unos minutos y se metió al cuarto de baño.

Había sentido algo extraño, y se aventuró a darle una explicación.

Sin embargo, su apresurada resolución no justificó esa inusual circunstancia, obligándola a hacer de nuevo las cuentas, pero definitivamente no se había equivocado.

Hoy tenía que haberle llegado.

"...Qué extraño..."

¿Acaso el estar en otro Universo pudo haber repercutido a su ciclo hormonal?

Esa teoría podría tener lógica, pero no la convenció del todo.

Algo le decía que no, que esa no era la causa de su inesperado retraso y de su peculiar sensación.

Pero tampoco podría ser...

"¡No, que absurdo!"

Rió ante su pensamiento.