Nos subimos al jet y yo iba rogando que no le pasara nada malo a mi Milena, ¿Acaso no lo dije? Me mataría si algo le pasara.
Cuando ya habíamos llegado a Chiloé, llevé a Milena a la mejor clínica de todas.
Como lo supuse, se la llevaron de inmediato en una camilla.
Me desesperé. Estaban todos los doctores gritando y corriendo para todos lados.
Me dijeron que esperara, que me avisarían cualquier cosa.
Tres horas después, aún no sabía nada de ella. Estaba desesperado, me tiritaba el ojo y me palpitaban las sienes.
Me paré y le pregunté a la doctora que me atendió en un principio si es que tenía información acerca de Milena.
-Señor, yo no tengo autorización para proporcionarle ninguna información sobre los pacientes.
-Por favor — dije cansado, ya sin fuerzas — por favor, necesito saber — supliqué.
-Señor, disculpe, pero entienda que...
-¡Maldita sea! Necesito saber si está bien — dije ya en las lágrimas — si es que está viva.
Me alejé del mostrador y subí al pabellón donde se encontraba, supuestamente, Milena.
Entré corriendo pero un guardia me empujo para evitar que siguiera avanzando.
-¿A dónde cree que va?
-Necesito saber si Milena Holman está viva — supliqué llorando.
-Señor, cálmese. Yo soy su doctor — dijo amablemente estrechando su mano con la mía — me llamo Christian y justo iba a ir a hablar con usted, señor Holt.
-Al fin.
-Bajemos a la recepción.
Bajé tras el doctor Christian que me dirigía a la planta donde yo acababa de producir un alboroto. Dios, estaba temblando
Cuando estuvimos en la recepción me pidió que me sentara.
-¿Está ella viva?
-Mire, joven. Estamos haciendo análisis de sangre y hemos estado revisando su historia de vida. ¿Qué es usted de ella?
-Su novio.
-¿Y sus padres?
-Su padre... no sé dónde está realmente.
-¿Pero él sabe que su hija se encuentra aquí?
-La verdad no — dije algo avergonzado.
-¿Por qué no le ha dicho?
-Porque él nunca se preocupa por su hija. Pero no se preocupe, lo iré a buscar de inmediato.
-¿No tiene su número?
-La verdad no.
-Está bien. Mire, su novia se encuentra, sinceramente, en un estado crítico — mi corazón se rompió.
-¿Pero sigue viva?
-Sí, sigue respirando, pero no responde.
-¿Qué? — pregunté confundido.
-La señorita Holman se encuentra en coma.
-¿Qué? — estaba al borde del llanto, otra vez.
-Sí, y creemos que — el doctor suspiró — seré bastante sincero con usted, señor Holt, no creo que Milena resista a esto.
Cerré mis ojos. Yo seguía respirando, pero por dentro ya había muerto. Mi corazón, según yo, ya había dejado de latir.
-¿Tal mal está? — pregunté, sin ningún aliento.
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Suicidium
Teen Fiction¡HISTORIA REGISTRADA! Estoy algo trastornada, quizás te perturbe. ¿Quieres emprender este viaje dentro de mi mente y arriesgarte? Sentada, en el frío suelo con mis rodillas al pecho. Allí, el cuchillo en frente de mí. Lo entierro, un escalofrío al v...