-¿Acaso tú viste que paso en la casa de la familia Creel?- Pregunto el Doctor Brenner.
Claro que sabía que había pasado ese día, solamente que no iba a decir absolutamente nada.
Aunque me cueste la vida.
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Corría como si mi vida dependiera de ella, sudaba frío mientras rezaba para que no me alcanzaran, le di una mirada rápida a EL para cada quien ir por su lado, era mejor distraerlos para que uno de nosotros saliera con vida.
Me sentía cansada, como no, llevaba una hora corriendo y no se rendían, pensé que ya estaba a salvó a si que me senté mientras miraba alrededor del profundo bosque que no hubiera nadie. Cerré los ojos con cansancio mientras temblaba ligeramente.
Abrí los ojos con inquietud cuando escuché un ruido de una arma cargada en mi cabeza.
━ Estás muy lejos de casa Miray, ━ maldije a mis adentros por no irme y solo quedarme callada ━ quiero que te pares lentamente sin ningún truco y te llevaré a casa, a tu verdadera casa.
Alcé mis manos en modo de rendición y mientras me volteaba con lentitud saque una navaja que tenía en mi pantalón pero antes de usarla sentí un piquete en mi pierna izquierda, rapidito lleve mi mano a quitar el dardo de tenía.
━ Tengo ojos y oídos por todos lados Miray, es mejor que descanses, nos espere un largo viaje. ━ fue lo único que escuche antes de caer inconsciente.
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Todo estaba oscuro no veía nada, solo se escuchaba mi respiración agitada.
No sabía dónde estaba pero podía presentir dónde estaba.
Estaba amarrada a una silla de metal tanto pies como manos, de repente escuché voces a lo lejos, para mí desgracia reconocí una voz perfectamente bien.
Solamente quería irme de allí y seguir con mi búsqueda a la que me había jurado a mi misma a llevarla a cabo, pero mientras estuviera aquí no podría llevarla a cabo.
Se escuchó el chirrido de la puerta abrirse, mantuve la calma, algo que he aprendido era que la calma era la prioridad, no quería salir muerta de aquí
Escuché como alguien se sentó frente a mi y 2 personas más se ponían atrás de mi, una de esas 2 personas me quito la tela que tenía amarrada en mis ojos.
Me tarde en acostumbrarme a la luz que había pero lo logré, visualice a una mujer rubia sentada al frente de mi, alta ,de ojos verdes, y ya de unos 50 años de edad.
