-¿Acaso tú viste que paso en la casa de la familia Creel?- Pregunto el Doctor Brenner.
Claro que sabía que había pasado ese día, solamente que no iba a decir absolutamente nada.
Aunque me cueste la vida.
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Al llegar toque la puerta y espere a tener permiso para entrar.
- Pase - Con lentitud abrí la puerta para entrar.
- Usted quería hablar conmigo Dr.Brenner.
El Dr.Brenner se paró de su asiento para caminar hacia un mueble que había tras el. Al abrir la puerta del mueble saco una caja grande con un papel de regalo en ella.
- Esto es para ti Miray - Puso la caja encima de su escritorio y se volvió a sentar en su lugar - ábrelo con confianza.
Dude un poco pero me senté en una silla que estaba frente al escritorio, empeze a quitar el moño rojo que tenía y luego el papel de regalo. Cuándo termine de romper el papel había una caja de madera pulida.
- Es algo que te encantará, vamos no tengas miedo.
Le hice caso al instante y empeze a abrir la tapa que tenía la caja, mis ojos brillaron de la emoción al ver que tenía adentro está.
- Sabía que te iba a gustar.
- Muchas gracias Dr.Brenner no se hubiera molestado.
- Porque no mejor lo sacas de su estuche y lo revisas a que esté en buenas condiciones.
No espere a que dijera algo más y saque el violín de su estuche tomándolo entre mis manos.
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- Es hermoso - Lo dije más para mí misma.
- Si que lo es, mis hombres lo trajeron especialmente para ti. Vamos Miray toca algo para mí, tengo tiempo que no escucho melodías con violín.
- No se si sea lo correcto Dr.Brenner, haría mucho ruido, los niños se podrían alte....- El Dr.Brenner alzó su mano para que me callara.
- Te ordene algo.
Con un poco de preocupación acomode el violín en mi hombro para empezar a tocar una melodía al azar.
Así fue durante aproximadamente 2 minutos cuando termine, al mirar al Dr.Brenner tenía una taza de café en sus manos mientras miraba a mi dirección atento a mis movimientos.
