-¿Acaso tú viste que paso en la casa de la familia Creel?- Pregunto el Doctor Brenner.
Claro que sabía que había pasado ese día, solamente que no iba a decir absolutamente nada.
Aunque me cueste la vida.
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No podía dormir está noche, me sentía muy incómoda en la cama me movía para todos lados para buscar una posición cómoda y dormir pero simplemente no podía.
Tenía sed, mucha sed.
Me pare de mi cama para salir descalza y en un camisón que era de hospital. Tuve que caminar despacio y sin hacer ningún tipo de ruido, no quería despertar a nadie.
Entre al comedor fui directo a la alacena que tenía botellas de agua, agarre una y la tome tan rápido como pude.
- Te ahogaras si sigues tomando así.- Casi grito del susto al escuchar la voz de Peter.
Deje la botella en el bote de basura y lo mire, tenía el uniforme de siempre. Acaso todavía estaba vigilando los pasillos, pensé.
- Que haces aquí, deberías..- Ví el reloj del comedor y eran las 2:00.- Deberías estar durmiendo en este momento, no sé qué haces aquí.
- Tenía hambre y sed.- Bajo lo mirada como si le diera vergüenza lo que me iba a decir a continuación.- Papá se enteró que deje a los niños sin supervisasión y no dejo que comiera por el resto del día, aparte que los guardias me dieron una golpiza.
Cuándo ví bien su rostro tenía un moretón en el cachete y labio. Maldito Brenner.
- Bien siéntate aquí, te calentare un poco de comida.- Le señale una silla y casi de inmediato se fue a sentar.- Después que termines de comer te curare el cachete y el labio.- Cuando termine de decir eso puse a calentar agua para luego hechar dos huevos, después de eso en otra parrilla calenté un poco de arroz.
Lo voltie a ver según yo "disimuladamente" pero para mí sorpresa el ya me estaba mirando.
- Deja de verme, me pones nerviosa.- Parecía darle gracia mi situación por como soltó una risa burlesca. - Es encerio muchacho bonito, no querrás meterte conmigo.- Quise parecer fuerte pero no pude.
- Tu siempre estás nerviosa, muchacha bonita.- Dios, que hombre.- Siéntate conmigo, quiero platicar un rato en lo que se calienta la comida.
Parecía que el tenía control en mi, por como me daba órdenes y yo las ejecutaba sin protestar. Al sentarme frente a el agache un poco la mirada viendo la bata que tenía como la cosa más interesante.
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