Capítulo 7

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—¿Es todo lo que llevará? — le preguntó el cajero a Jay quién estaba inmerso en sus pensamientos.

Definitivamente no confiaba en las personas, ya había obtenido su merecido por confiar demasiado, pero al ver el rostro de Sunoo, percibió tanta inocencia y desesperación en su mirada, que el haberle negado el dinero en ese momento lo hacía sentir culpable.

Por favor, cobre también lo que el chico iba a llevar, pero en una bolsa diferente. — el empleado asintió — Sunghoon, ¿Llevarás algo? — le gritó a su primo quien estaba cerca de la puerta leyendo una revista cualquiera.

No, no encontré mi soda favorita. — le contestó sin despegar la mirada de la revista.

Es todo, por favor. — le indicó al cajero mientras sacaba unos cuantos billetes de su cartera.

Teniendo la compra en manos, se acercó a Sunghoon y le entregó la bolsa con medicamentos adentro.

¿Esto que es? — preguntó confundido.

El chico que salió lo olvidó, dáselo.

Sunghoon lo miró confundido.

¿Por qué no se lo das tú?

Vamos, tienes que mover esas piernas.

Ja, ja, qué gracioso eres. — contestó con sarcasmo tomando la bolsa en sus manos y saliendo de la tienda.

Y entonces comenzó a llamar al chico de mochila adorable que a cada segundo estaba más lejos.

¡Oye, chico! ¡Tú, el de la mochila adorable!

Jungwon entró a la habitación y se encontró con Sunoo atendiendo sus heridas. La golpiza de ese día había Sido más temprano de costumbre y más fuerte, habían lastimado sus costillas y le habías dejado grandes moretones y rasguños por todo el cuerpo.

—Maldita sea, Sunoo, son horribles.

 
—Lo sé. — contestó cansado —Pero tranquilo, estoy bien.

 
—Si, claro. — remató con sarcasmo, sacando de su mochila un montón de cuadernos —Toma, los apuntes de hoy, por favor asegúrate de ir mañana.

Sunoo asintió.

—Por cierto, ¿Podrías prestarme un poco de dinero? Debo comprar unos materiales para el taller de arte.

Sunoo nuevamente asintió y se levantó con dificultad para dirigirse a su escritorio, buscando una pequeña caja en dónde tenía todos sus ahorros.

—Oye, oye, — llamó su amigo —no tienes que tomar de tus ahorros, es muy poco dinero, con algo de tu mesada está bien, te lo pagaré mañana a primera hora.

 
—Eso me parece muy bien, pero me temo que me quitaron mi cartera.

 
—¡¿Esos malditos te quitaron la cartera?!

—Sí, lo hicieron, entonces no tengo dinero por ahora.

—Dios. Entonces... ¿Cómo compraste todo esto? — señaló la bolsa con vendas y medicamentos.

 
—Te sorprenderá saberlo.

Entonces Sunoo le contó a grandes rasgos lo que había pasado en la tienda, capturando absolutamente toda la atención de su amigo.

—Espera un momento, ¿Dices que lo pagaron pero hasta que te fuiste?

 
—Te digo que fue todo muy raro.

 
—Vaya... — expresó sorprendido —¿Y no te parecían conocidos, de alguna familia famosa o algo por el estilo?

 
—El rostro de uno me parecía conocido pero no lo sé, supongo que podrían ser amigos o familia, se parecían, pero no demasiado. Ambos eran guapos.

 
—Ya lo creo.

 
—Y uno usaba muletas.

Entonces Jungwon palideció.

—¡¿LOS PARK?!

La expresión de Jungwon desconcertó a Sunoo, en su vida había conocido a unos Park tan apuestos y millonarios, él, a diferencia de su amigo, no tenía idea de quién se podría tratar.

—¿Park... Quiénes?

 
—Por el amor de Dios, Sunoo, ¿Te cruzaste con los Park y no te diste cuenta?

 
—Jungwon, no tengo idea de a qué te refieres.

 
—Maldita sea, niño, vives debajo de un puente. — sacó su teléfono celular y en el buscador colocó: "Park Sunghoon", se dirigió al apartado de imágenes y el mundo entero cayó para Sunoo.

 
—¡Sí, es él!

Jungwon se levantó de su lugar y apretó sus manos y boca queriendo reprimir un grito de miles de emociones revueltas.

—Sunoo. Park Sunghoon fue uno de los mejores patinadores artísticos de Corea. En su tiempo, por supuesto. Hace unos dos años sufrió un accidente que le rompió la pierna, no pudo volver a caminar correctamente y obviamente tampoco pudo volver a patinar. Se retiró y ahora es un simple estudiante, obviamente con una fortuna esperándole, es el tercer heredero de la familia Park, los de las fábricas automotrices.

 
—Santo Dios... — Sunoo seguía en shook, aún no podía creer que había tenido a toda una celebridad frente suyo.

 
—Pero ahora, — continuó Jungwon —Hay que averiguar quién era el otro chico, seguramente uno de sus primos. ¿Se veía mayor?

 
—Pues, se veía alguien muy maduro y un tanto arrogante.

 
—Mm... Pero dices que pagaron tus medicamentos. Oh, Dios, Sunoo ¿Podrías ser más específico?

 
—Era guapo, muy guapo, alto, tal vez 1.80, cabello oscuro, ojos filosos.

Tras aquellas últimas palabras, Jungwon pareció desfallecer.

—Sunoo... — lo llamó casi en un susurro — Tuviste... A...

Existió silencio por un momento.

—¡Tuviste a Park Jay frente a ti y pagó tus medicamentos!

Sunoo palideció, pero siguió sin decir nada mientras Jungwon se paseaba por toda la habitación no teniendo nada más que decir.



























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Estuve así 🤏 de perder el capítulo anterior porque Wattpad comenzó a fallar y tenía miedo de que se borrara. Pero se logró.

Dios, estos capítulos me emocionan mucho, ¿Ya les había dicho que amo a los Park? Definitivamente son de mis personajes favoritos, Sunghoon es un amor ¡Un amor! Basta, adoro todo.

Voy a escribir hasta que me duelan los dedos.

GAMAN || ENHYPEN (Retomada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora