Capitulo 9

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Días después, las cosas simplemente se habían dado: Sunoo había reunido el valor suficiente para llamar a Jay y quedaron en un horario accesible para los cuatro. Salieron juntos a una lujosa heladería, tan costosa que Sunoo y Jungwon se sintieron abrumados por un momento.

Se habían tratado bastante bien, pasaron un buen rato y era el momento de volver a casa. Un lujoso automóvil llegó para recoger a los Park y los chicos invitados admiraron el auto cuan más pudieron.

—¿Se irán solos? — preguntó Jay.
—¡Claro! No se preocupen por nosotros, aún no anochece y el barrio es bastante seguro. — aquello era mentira, por supuesto, más si de Sunoo se trataba, pero no buscaba crearle molestias a los chicos, ya suficiente habían hecho con invitarlos a salir. 

Pero Jay y Sunghoon cruzaron miradas, desconfiados de sus palabras. 

—Suban. — indicó el mayor —Los llevaremos a casa sanos y salvos. 
—Jay, de verdad no queremos causarles molestias. — Jungwon, quien se había mantenido en silencio, asintió. 
—No es ninguna molestia, los hemos invitado a salir y es nuestra obligación acompañarlos a su hogar. 

Sunoo sonrió con timidez, pero finalmente ambos aceptaron la invitación y entraron al auto. Por dentro era lujoso y estaba perfectamente limpio, para ambos amigos fue como experimentar una de las más emocionantes aventuras de su vida. 

El chofer arrancó y partió en dirección al "hogar de Sunoo". Cuando llegaron a un barrio conocido, Sunoo pidió bajar en unas calles un tanto alejadas de su hogar. 

—Aqui es.
—¿De verdad? — preguntó Jay desconcertado. 
—¿De verdad? — le siguió Jungwon.
—Sí, de verdad. — le contestó Sunoo hablando entre dientes. 

Entonces, el mayor de los Park le ordenó a su chofer parar en una esquina cercana, los jóvenes amigos agradecieron el viaje y e despidieron. Jay les miró por la ventanilla. 

—Gracias por lo de hoy.
—Llevas agradeciendo toda la tarde. — se rió y Sunoo contestó de la misma manera. 
—Lo siento, pero de verdad, gracias. 

Jay sonrió de nuevo, bajando un poco la mirada por los nervios. 

Se despidieron por última vez y después Jay y Sunghoon partieron, pocos segundos pasaron cuando ya se habían marchado, Sunoo y Jungwon estaban nuevamente solos.

—¿Se puede saber, por qué le dijiste que vives por aquí? ¡Estamos mínimo a unas siete cuadras!
—He visto a Heeseung por estos rumbos unas cuántas veces.
—Debe ser una broma.
—Jungwon, es que Heeseung me da tanta curiosidad.— le explicó estando inmerso en sus pensamientos.

En medio de los reproches de su amigo, Sunoo observó a su espalda un par de personas que salieron de un local y se dirigieron hacia una calle cerrada. Aquellas siluetas le parecieron familiares y entonces, llamando la atención de Jungwon, se dispuso a seguirlos. 

Por otro lado, los primos Park iban de regreso a casa, cuando escucharon sonar un teléfono celular. 

—¿Es el tuyo? — preguntó el mayor. 
—No. — negó Sunghoon. 

Entonces comenzaron a buscar en todo el espacio hasta que dieron con el aparato. 

—Oh, creo que es de Jungwon. 
—Debemos devolverlo. 

Jay obedeció a la sugerencia de Sunghoon y ordenó al chofer dar la vuelta y dirigirse nuevamente al rumbo en donde habían dejado a los dos chicos. El auto se acercó con velocidad a las solitarias y frívolas calles, teniendo a las tres personas a bordo observando el entorno en busca del dueño del celular. 

—Allí están.

Todos voltearon hacia donde Sunghoon señaló, notaron que los chicos habían cambiado de rumbo y se dirigían a una calle mas extraña y sola. 

GAMAN || ENHYPEN (Retomada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora