Su nombre era Jake, tenía 18 años y a tan corta edad odiaba su vida. Esperaba en cualquier momento simplemente no despertar de un largo, largo e infinito sueño que le permitiese no volver a sentir dolor.
Pero por el momento tenía que seguir trabajando.
Jake se contradecía a sí mismo, se la pasaba diciendo que esperaba con ansias el momento de su muerte, y le gustaba poner en riesgo su vida. Sin embargo, cada que tenía oportunidad, le gustaba admirar el atardecer en los montes que rodeaban la ciudad, le gustaba ver a los niños jugar el el parque, sentarse a comer en compañía de otros chicos conocidos, y trabajaba por conseguir apenas un poco de dinero para tener que llevarse a la boca todos los días.
Es como si Jake quisiese morir pero tenía miedo de dejar el mundo en el que vivía. Él lo interpretaba como querer simplemente desaparecer unos días, y recordar el porqué seguía vivo. Algo dentro suyo le decía que sus padres hubiesen querido verlo en otras condiciones, pero tristemente el mundo no daba para más por mucho que Jake se esforzara. Todo aquello lo obligaba a vivir como apenas se le permitía.
Había días, como aquel, en que Jake no pensaba en nada, se daba el lujo de dejar volar su mente y actuar únicamente a base de mecanismos, su cuerpo estando en la tierra pero su mente viajando hasta donde ningún cohete en el espacio podía llegar.
Esa mañana despertó con un extraño sentir instalado en su pecho, por alguna extraña razón la imagen del chico de la noche anterior se había instalado en sus recuerdos y había generado en él cierta curiosidad, pero no le dió mayor importancia a la subconciente. Se levantó igual que todos los días y salió del pequeño dormitorio que había logrado rentar con sus pocos ingresos. Salió del edificio y se encaminó al lugar en donde realizaría su próxima entrega.
Claramente trabajar para el mundo de las drogas nunca fue una opción de agrado para Jake, pero finalmente fue lo único que había podido conseguir.
Además tenía una deuda muy grande.
No desayunó ni le prestó atención a su aspecto, solo comenzó a caminar siguiendo sus ya conocidas rutas. No obstante, el lugar de encuentro ésta vez sería en un barrio bastante popular, conocido por los millones invertidos en cada una de las casas situadas allí.
Continuó su caminar hasta llegar a uno de los rincones menos conocidos de aquel rumbo, y esperó pacientemente hasta la llegada de su cliente.Pasaron apenas 3 minutos cuando escuchó a una persona acercarse a él, separó su espalda de la pared y le miró fijamente.
—Perdona la tardanza, amigo.
—No te preocupes, estoy acostumbrado a tu impuntualidad.Lo conocía, por supuesto, en los últimos meses se había convertido en un cliente recurrente. Si Jake no mal recordaba, se trataba del hijo de un importante empresario, pero el cuál no tenía ningún puesto realmente impresionante, aquel joven, de no más de 20 años se trataba del heredero en una importante familia, de la cual Jake ya había olvidado el apellido.
Sin mucho rodeo de por medio, Jake entregó el producto, recibió la paga y estuvo a punto de irse de no ser por el estruendoso sonido de un auto llegando a toda velocidad.
Aquel lujoso transporte se detuvo y de la parte trasera salió un joven, apuesto y muy bien vestido.—¡Park Jihoon! — gritó apenas salió del auto — ¡Deja eso y ven aquí inmediatamente!
Jake giró su rostro al lado contrario y teniendo el dinero en sus manos, salió corriendo inmediatamente.
El joven millonario intentó perseguirlo y entregarlo a las autoridades, pero lo perdió de vista rápidamente.
Tomó a Jihoon de los brazos y lo guió hasta el auto, obligándolo a subir en los asientos traseros y él tomó el asiento del copiloto, cerrando la portezuela con fuerza.
Estando ya en el auto, el mayor finalmente habló.
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GAMAN || ENHYPEN (Retomada)
Fanfiction"Gaman" es una palabra de origen japonés con un profundo significado. Significa la resistencia, capacidad y perseverancia de seguir adelante, conservar el autocontrol y la disciplina a pesar de las adversidades. Heeseung es un adolescente que atrav...