Capítulo 16

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POV Castiel

Me levanté poco después de ver marchar a Nath. No quería estar en su apartamento cuando él claramente no estaba allí, eso sólo me lastimaría más. Me vestí por costumbre, recordando la promesa que le hice de que nos volveríamos a ver. Esperaba que eso sucediera con toda mi alma.

Fue poco después de llegar a casa, con la luz del sol ya iluminando, que recibí una llamada de Ámber llorando, desesperada porque su hermano había desaparecido. A pesar de que Nath nunca me pidió nada, yo estaba seguro de que si ella sabía que estaba consciente de lo que iba a hacer y que no hice nada para impedirlo, sólo haría que me odiara, actuando totalmente irracional, se pondría en riesgo y sé que tanto él como yo no podríamos permitirlo.

Mentir fue más duro de lo que esperaba, parecía tan vulnerable y desolada por la marcha de su hermano que estuve a punto de confesarle la verdad. Sin embargo, pensar en que la rubia se pusiera en peligro sin importarle que su vida estuviera en juego me llevó a la realidad de que jamás debía hablar sobre eso.

Ese día no pude dormir, ni antes ni después de que él salió por esa puerta pude sentirme tranquilo. No era algo que pudiera compartir tampoco y lo que era peor, no era alguien que enviara muchos mensajes a la gente, con suerte unas líneas, y eso hice con él.

No contestó.

No llegaban los mensajes y su última hora de conexión había sido muy lejana. No quise atosigarlo con muchos mensajes, estaba consciente de que era algo complicado, sólo tenía la pequeña esperanza de que al menos los viera, y eso no pasó.

No dormí bien otra vez, veía el móvil constantemente, cada vez que recibía alguna notificación esperaba que fuera él, pero nunca lo fue. Al día siguiente había conseguido dormir dos horas. No parecía un día diferente, nadie cambió su comportamiento, era como si nunca hubiera existido alguien llamado Nathaniel y eso me daba miedo. Sólo para comprobarlo, hablaba con Ámber de vez en cuando, la cual estaba cada vez más obsesionada con encontrarlo. Intenté calmarla, pero fue inútil intentar que se distrajera.

Estuve trabajando en los ensayos de la próxima gira, obstinado en recordar la última frase que le dije antes de que se fuera. Tal vez podría verlo pronto en uno de los conciertos, entonces ese día no sería el adiós para los dos, era todo lo que me decía para poder seguir. Y aun así, seguía esa ansiedad en la boca de mi estómago, punzante y constantemente acechando. Empezaba a fumar sin control, uno tras otro, cuando nadie me veía por la madrugada, pensando que tal vez, justo como cuando era un adolescente, se calmaría de esa forma. Era como regresar al instituto, en esa época en que sentía que todo era un asco. El sueño se volvió algo ausente por las noches, era un hecho que no podía dormir y no me esforzaba en intentarlo, estaba bien con eso.

Todas las semanas eran iguales y eso era tan...deprimente.

¿Cuándo terminaría esto?

Era el día de la entrega de la tesina. Lo sabía porque prácticamente todos mis contactos estaban estresados justamente por eso, pero yo la había terminado e impreso mucho antes de que todo esto pasara. Tomé las hojas y pensé: ¿De verdad vale la pena? Eran cinco años de mi vida, sí, pero que estaban tan...vacíos. Sólo una cosa me había sacudido como solían hacerlo las canciones que cantaba y la música en general y ahora ya no estaba. Recordé de pronto la promesa que le había hecho a mi novio nuevamente. Nos volveríamos a ver, y para eso necesitaba de todo, el título y mi carrera, todo lo que pudiera. Sin dudar más tomé las hojas y salí de allí.

Cuando entregué la tesina, no me sentí diferente. Sólo algo más que tachar de mi lista. Algo que terminó.

Fue fin de semana cuando recibí un mensaje de la rubia, había hecho una "reunión" para poder encontrar a Nath, antes me había pedido que la llevara por los alrededores para buscarlo, a lo que respondí que debíamos tener un destino fijo para ir, justamente por eso se le ocurrió hacer la reunión para tener algún plan o pista sobre su paradero. Rápidamente acepté participar, ofreciendo mi propio apartamento.

Aún te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora