Capítulo 14

181 11 1
                                    

POV Castiel

"No es cierto. No es verdad. Tiene que ser una broma. No es él. Me lo había prometido..."

Eso fue lo que pensé en cuanto las palabras salieron de los labios de Ámber.

Sentía una opresión en el pecho, y cómo no sentirlo si sabes que la persona más importante en tu vida está sufriendo. Quise ir corriendo al hospital a verle, pero allí ya estaba Sucrette y necesitaba esperar a que volviera para informarnos de la situación. No quería hacerlo, sólo quería ir hasta ese lugar y sostener su mano, sólo eso. Ámber me dijo por teléfono que esperara, que me entendía muy bien y que debía mantenerme sereno. Ella había partido en cuanto Sucrette la había llamada a través del móvil de Kim, dando a entender que ella también estaba allí. Creyó que estaba logrando tranquilizarme sin saber que en realidad estaba muerto de miedo, en shock, sin poder procesar todavía el hecho de que Nath estaba gravemente herido.

Esperamos los demás durante un par de horas en la universidad, solamente pidiendo, o para mí rogando, que apareciera la castaña por ese portal con buenas noticias. Se divisó una sombra que caminaba lentamente hacia nosotros. Era claro quién era. Y aunque la mayoría de las personas estaban más preocupadas por Sucrette y cómo le afectó lo que vivió, yo sólo pensaba en el rubio, necesitaba que me confirmara que estaba bien, sólo eso.

De pronto, la cara de ella se empapó de sus propias lágrimas y se lanzó, sin que nadie lo esperara, a los brazos del profesor que curiosamente se encontraba entre nosotros. La mayoría se sorprendió. Para mí ya estaba clara su "relación" desde que hablé con ella por lo de la noche en que ambos estuvimos a punto de enrollarnos.

Si era sincero, a pesar de que estaba preocupado por ella, lo que más quería saber era la condición de Nath. Necesitaba que hablara, que dijera algo. Ámber no me había dicho nada por teléfono más que esperara allí, antes de entrar al hospital.

Hubo una pequeña conversación entre el profesor y la castaña, a lo que el hombre, Zaidi como lo había llamado ella, no tuvo otra opción más que irse. Estaba claro que sobraba en el grupo y nadie hizo nada porque se quedara tampoco. Luego la chica de pelo rubio ceniza le habló para darle apoyo y como si fuera un milagro, Rosa preguntó lo que yo tanto quería saber.

-¿Cómo está Nathaniel? – Dijo con un semblante angustiado.

-Ámber nos ha explicado brevemente lo que le habías dicho antes de irte. – Esta vez intervino la chica de pelo rubio, ¿Chani?, para explicarle la situación.

-Ajam... Eh, bueno, está bien. – Soltó por fin, parecía más calmada. – Tiene un leve traumatismo craneoencefálico, pero se han encargado de él y saldrá indemne. – Explicó a grandes rasgos. Al escuchar eso, suspiré por lo bajo. – En la agresión, él... – Entonces siguió explicando, antes de que lágrimas la interrumpieran. Aun así, siguió hablando. – Le han dado una puñalada. – Se me revolvió el estómago y una fuerte ansiedad le siguió. Estaba bien, pero sólo por esta vez. Si hubiera una próxima... - P-pero es superficial, la herida es superficial. – Se apresuró a decir. – Lo más preocupante son los golpes que le han propiciado en la cabeza y que podrían ocasionar una herida interna más grave. – Por un momento nadie se atrevió a hablar, hasta que Chani intervino.

-M-maldita sea... Tú... ¿Lo has visto? ¿Cómo has sabido que...? – No fue necesario terminar su pregunta.

-Kim me llamó... – Explicó. – Nath se negaba a pedir ayuda a cualquiera que no fuera yo. – Fue entonces cuando la ira que ya sentía en el interior se incrementó. ¿En serio? No quería recibir ayuda y lo peor, aceptó la ayuda de ¡¿Sucrette?! Estaba furioso. Apretaba tanto la mandíbula que sentía que en cualquier momento mis dientes se romperían. – Creo que entró en pánico... Se dejó embaucar por Nath y le hizo prometer que no llamaría a una ambulancia. – Kim... Otra idiota, ¡¿cómo rayos ves a una persona malherida, desangrándose, y no llamas a una puta ambulancia?! Cada vez estaba más indignado. – Finalmente terminó haciéndolo... La situación nos había sobrepasado.

Aún te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora