CAPÍTULO 18

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ღCHLOEღ

El guiño que me otorgó Chad me hizo reprimir una sonrisa.

Después de atravesar el ancho pasillo oscuro llegamos a la amplia sala de cine, alumbrada solo por los destellos de la enorme pantalla en la que por ahora solo se reproducían comerciales.

Habían bastantes personas dentro, mayormente parejas románticamente acomodadas en las rojas butacas, y hasta donde estábamos se escuchaba como masticaban las crujientes palomitas.

Chad comenzó a subir la escalera sin soltar mi mano, hasta que llegamos a los asientos que a nosotros nos correspondían.

A nuestro lado no había nadie.

Estábamos solos en ese rincón.

Llegamos justo a la hora porque cuando terminamos de acomodarnos los comerciales se detuvieron indicando que la película comenzaría.

Todo transcurrió muy bien hasta las escenas de miedo.

Digo, la niña que aparece es un monstruo.

No me di cuenta cuando me apegué mucho al cuerpo de Chad soltando un pequeño grito que dejó en plena evidencia lo miedosa que era.

El parecía querer reírse pero se contuvo.

—Estoy muy acostumbrada a ver películas de este tipo— Dijo Chad tratando de agudizar su voz e imitar la mía en un susurro.

Yo había dicho eso mismo hace un momento así que no tenía derecho a reclamar nada.

Le golpee suavemente el brazo.

Iba a sentarme bien nuevamente sin recargarme en su hombro pero me lo impidió.

—Quédate así, está mucho mejor—Dijo muy cerca de mi oído.

Y eso no pasó desapercibido por mi parte hormonal que ya se había encargado de enviar algunas mariposas a revolotear en mi estomago.

Nuevamente todo iba muy bien hasta que otra escena hizo que me sobresaltara bastante. Con mis manos tapé mis ojos dejando ligeros espacios entre mis dedos solo para entrever lo que sucedía.

Chad soltó una ronca risa muy despacio y al instante sentí que comenzó a acariciar mi cabello.

Pero eso solo lograría que me diera un ligero sueño así que tomé su mano y sin pensarlo mucho entrelacé nuestros dedos.

Eso envió refuerzos de mariposas a mi indefenso estomago que no hacia nada por defenderse.

Ya habíamos terminado de comernos las palomitas y a los minutos después los créditos nos avisaban que la película había llegado a su fin.

Nos pusimos de pie para salir de la amplia sala.

Una vez fuera me percaté de la notoria sonrisa de Chad.

—¿A que se debe tu sonrisa?— Le pregunté divertidamente mientras caminábamos por la calle.

—A muchas cosas— Soltó de la misma manera divertida en la que yo le había preguntado.

—¿Podrías mencionar alguna?— Le dije deteniéndome en medio del asfalto y poniendo mis brazos como jarrón.

El se quedó mirándome fijamente unos segundos, sus ojos brillaban y sus labios no tenían intención de borrar la hermosa media luna.

—En otra oportunidad, quizás—Dijo para seguir caminando con sus manos en los bolsillos.

Seguimos caminando y mi estomagó rugió.

Mis mejillas se tornaron levemente de rosado y tapé mi rostro avergonzada.


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Luego de sentarnos en los altos taburetes de un local al paso de comida rápida nos atendió una muchacha que se lucía muy nerviosa, nos explicó que era su primer día de trabajo; su poca experiencia quedó evidenciada cuando se equivocó al tomar el pedido ya que mezcló la promoción y ahora tendríamos que compartir las papas fritas.

Pero eso no seria un problema para nosotros.

Chad las puso en el centro de la mesa y yo les añadí kétchup y un poco de mayonesa.

Comenzamos a comerlas y no sé si todo estaba muy rico o yo tenia demasiada hambre o quizás un poco de ambas.

—¿No te gustan?— Me preguntó Chad apuntando los pepinillos que saqué uno a uno de mi hamburguesa.

—No, si quieres te los regalo— Contesté sonriendo de lado.

—Por supuesto, me encantan— No se demoró mucho en tomarlos y comerlos.

—Somos un excelente equipo— Dije antes de mascar un trozo de hamburguesa.

Chad me guiñó un ojo y siguió en lo suyo.

Después de un rato nos pusimos de pie para botar las cajitas de lo que ya nos habíamos comido.

Cuando volví a sentarme , estiré los brazos por sobre la mesa y para mi sorpresa Chad tomó mis manos y hizo leves caricias sobre ellas.


Caminando por la oscura  calle y acompañados de luminosas farolas nos dirigíamos de regreso a casa.

Mi piel tembló ligeramente al sentir la brisa caer sobre mis hombres y Chad lo notó.

Se acercó más a mi y me abrazó.

Así es gente.

Caminamos abrazados mientras reíamos por cualquier estupidez.

Fue uno de esos momentos en los que te detienes a pensar que no necesitas nada más, que con lo que tienes basta.

Y quisiera pausar el momento para siempre, para que no se borrara, para que se mantuviera en nosotros.

Y lo más similar eran las fotografías así que sin dudarlo saqué el móvil de mi bolsillo y tomé una foto.

Una selfie muy tierna de nosotros con nuestros rostros muy cerca.

En la segunda foto ambos hicimos una cara muy graciosa.

Y en la tercera Chad giro repentinamente su rostro y besó mi mejilla.

Gesto que no tardó en atraer nuevamente un ejercito de mariposas hasta mi estomago.

Nos quedamos mirando unos minutos, sus labios lucían estremecidos.

Me acerqué lentamente, posé mi mano en su mejilla y el en mi cintura.

Estábamos tan cerca que nuestras respiración chocaban.

Podía sentir su aroma, era delicioso.

Cerré mis ojos de manera involuntaria y cuando estuve preparada para lo que de alguna manera anhelaba tanto, me sobresaltó fuertemente el sonido de su móvil.

Chad se apartó un poco para contestar, su ceño relajado se frunció rápidamente.

    


Holaaa, Chad y Chloe cada día están mas cerca... ¿les va gustando la trama?, estaremos leyendo sus comentarios. Sigan leyendo el desarrollo de esta novela, cuídense y gracias por el apoyo :).







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