Capítulo 2.

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Familia Rogers.

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Una leve melodía inundaba por completo el ambiente mientras el cura de la iglesia leía unas líneas de aquel libro, pero Alysa solo podía escuchar los sollozos de su amiga. Sus manos se mantenía unidas, intentando aportarle algo de ánimo. El resto del grupo permanecía junto a ellas, Cleo envolvía a Lily por los hombros, la primera derramando lágrimas en silencio mientras Thomas y Dan mantenían sus ojos ocultos tras unas oscuras lentes.

Las palabras dejaron de escucharse y entonces fue el momento en el que se procedió al enterramiento, la señora Rogers no pudo evitar quebrarse ante tal escena y aunque su marido intentaba darle algo consuelo, no cabía más que dolor en su corazón. Un gran marco junto a varios círculos de flores se veían y Alysa tuvo que cerrar los ojos cuando por su mente pasó el momento de Richy encerrado en la mina por las llamas. Intentaba aguantar las lágrimas porque sabía que si no se quebraría en aquel momento.

Tras el enterramiento, la gente fue pasando por el recién tapado agujero dejando flores y dándole el pésame a la familia.

—vamos.- murmuró Thomas al ver que eran los últimos que quedaban.

Dan dejó un ramo en aquel montón de tierra fresca en honor a todo el grupo y finalmente estuvieron delante de las dos personas más dolidas del lugar. Jessy lloró con más intensidad cuando fue rodeada por los brazos de la mujer, las lágrimas se hicieron presentes en todos tras el sonido mezclado de sus sollozos.

Alysa fue la última en ponerse delante de la mujer, ni siquiera sabía qué decirle.

—gracias por haber estado a su lado hasta el final.- murmuró la señora de pelo canoso, semblante pálido y rojos ojos.

Su labio inferior tembló impidiéndole pronunciar palabra para ser abrazada por aquella mujer. Se alejaron del lugar para dejar intimidad a la familia. Permanecieron en un banco cerca de donde habían aparcado el coche para poder calmarse. Lily había sacado pañuelos repartiendo les a todos mientras Cleo abrazaba a Jessy. Dan posó una mano en el hombro de Alysa que parmanecía con la mirada perdida y se permitió posar su cabeza en su hombro, dejándose consolar por el chico de cabellos largos.

Pudo haber pasado media hora fácil cuando el grupo completo decidió ir a un lugar que no fuera el cementerio juntos, pues pensaban que lo que menos les convenía en ese momento era estar separados pero Alysa tenía unos planes diferentes.

—¿Qué?

—Necesito ir a un sitio.- volvió a repetir, provocando más caras confusas.

—¿qué sitio?- preguntó Thomas pero no obtuvo respuesta.

—Vamos contigo.- ella negó.

—No es necesario, además no me tomara mucho tiempo.- murmuró.

—Deja que alguien te acompañe, no vayas sola.- insistió Lily, dando un paso adelante ofreciéndose para ir.

—No, debo ir sola, no os preocupéis.

Tras unos minutos de discusión, accedieron a que se fuera, Alysa se había llevado el coche de Jessy ya que ella no estaban en condiciones de conducir. Encendió su teléfono y abrió el mapa para poder ubicarse. Pasaron veinte minutos cuando el vehículo se detuvo en la entrada de un camino por el que no podía pasar.

Empezó a caminar entre todos aquellos árboles, los recuerdos golpeando su mente continuamente, recordando cuando trajo a Alan a aquel lugar y el mismo le dijo que había una distancia de ochocientos metros que debía hacer a pie. Por un momento temió perderse, todos tenían razón en que Duskwood era todo bosque, un inmenso y fondoso bosque pero entonces vio una cinta amarilla que llamó su atención.

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