Capítulo 11.

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Fuera de control.
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La castaña asomó su cabeza por la habitación, observando con detenimiento todo esta. A decir verdad no sabía donde se encontraba Jake pero no estaba allí.

Llevaba levantada al rededor de una hora y media, y la primera duda que le había asomado era la falta de objetos tecnológicos en aquella cabaña. Aquel chico era hacker, debía tener mínimo un portátil pero no había visto ninguno.

Camino por el pasillo de forma sigilosa, escuchando al pelinegro en la planta de abajo posiblemente en la cocina. Abrió la segunda puerta, encontrándose con otra habitación aburrida. Hizo una mueca, decepcionada. Era imposible.

—Tiene que estar en algún lado.- murmuró para sí misma.

Solo quedaba una habitación en aquel lugar que aún no había revisado, si no había nada allí posiblemente se volvería loca. Abrió la tercera puerta, era la que estaba ubicada más lejos de la habitación donde habían dormido, y al abrirla sonrió victoriosa al encontrar un escritorio repleto de cosas.

Se acercó curiosa, viendo la pantalla de un ordenador y dos torres, cada una ubicada a un lado. Al parecer era lo único que tenía, al menos a plena vista. Sacó un balda corredora de debajo de la mesa del escritorio revelando el teclado, tocó varias teclas aleatorias encendiendo la pantalla sin querer.

El ordenador no estaba apagado, ni siquiera bloqueado aunque solo había una pestaña abierta. La curiosidad mató al gato o algo así era.

Alysa guío al ratón hasta la pestaña, mostrando lo último que había estado viendo el pelinegro.

—¿Alysa?- escuchó la voz de Jake en el pasillo, posiblemente al ver la puerta abierta averiguó rápidamente que ella estaba allí.

Al entrar la vio mirando la pantalla sorprendida. Se acercó, pulsó una tecla y la pantalla se volvió a bloquear, dejando de mostrar la pestaña pero era tarde, Alysa ya lo había visto.

—¿Qué haces?- no parecía molesto.

—Me preguntaba donde tendrías tus juguetitos ya que no tienes ni televisor en la sala.- se encogió de hombros.

—Vamos a desayunar.- le hizo un gesto para guiarla fuera de la habitación.

La castaña no se movió, simplemente le miró con una mueca burlona. Él supo enseguida lo que le iba a decir.

—¿Me has investigado?- parecía que iba a reírse en cualquier momento.

—Yo no lo llamaría así.- murmuró.- no es como si hubiera accedido a tus archivos privados o algo así.- salió de la habitación para intentar disimular su vergüenza.

La castaña le siguió por el pasillo.

—Pero has buscado mis redes sociales.- la escuchó a sus espaldas.

—Son públicas, cualquiera puede hacerlo.- le restó importancia.

—¿Qué intentabas averiguar?- no obtuvo respuesta. La castaña lloriqueo y abrazó su brazo izquierdo.- Jake...

—No intentaba averiguar nada, solo miraba.- se encogió de hombros.- quería verte y tenía que conformarme con tus fotos.

Antes de que la conversación se extendiera más allá, la vibración del teléfono llamó su atención pero lo ignoró encaminándose a la cocina.

—¿Te llevo a casa de Jessica?- preguntó el pelinegro apoyado en la encimera.

—Sí, lo mejor será que vaya en cuanto antes.- jugó con su comida.- antes de que Jessy me llame.

Return to DuskwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora