CAPÍTULO 30

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Había mucha gente en el salón. Todos ellos estaban allí para darnos el pésame a mi madre y a mí. No me apetecía nada estar allí, la gente se me acercaba y me decía que lo sentía. Nunca he podido entender por qué la gente siempre dice eso cuando muere alguien, ellos no tienen la culpa

-Hola Alejandra- me dice una tía mía que hace mucho que no veía- ¿Qué tal estás?- me pregunta y me da un abrazo. Quiero mucho a mi tía, ella es muy parecida a mi, y siempre me es muy fácil hablar con ella

-No muy bien- contesto- Todo el mundo se acerca y me dice lo maravilloso que era mi padre, como si yo no lo supiera. Me molesta que esté aquí tanta gente, no paran de recordarme lo que ha pasado y eso me agobia

-Pues yo no haré eso- me dice- Me he enterado de que tienes novio. Y que es mercenario ¿Cómo lo conociste?

-¿Te contó papá que me escapé de casa porque quiso que me casase con un tipo que no conocía?- pregunto

-Sí- dice ella- Me dijo que estuviste unos cuatro meses desaparecida robando agua y que un día uno de sus chicos te encontró junto a unas amigas tuyas

-Exacto- digo- y sus chicos eran mi novio y sus amigos.

-¿Enserio?- pregunta ella incrédula- ¿Y cómo se llama?

-Blas- contesto

-¿Blas?- pregunta mi tía- ¿No se llamaba así el chico con el que te tenías que casar?

-Es que es ese chico- digo

-¡Menuda coincidencia!- exclama ella

-Ya- digo- Cuando me lo dijeron tardé un poco en asimilarlo

-¿Y dónde está?- me pregunta- Tendré que conocerle

-Pues no sé donde está- digo- Si eso cuando le vea te...

-Alejandra cariño- me dice la pesada de la vecina de enfrente- Siento mucho lo de tu padre. Era muy buena persona, que pena que haya muerto

Miro a mi tía y ella me sonríe y me dice con los labios "paciencia" y se va

-Si-digo a la vecina- Es una pena. Y ahora si me disculpas tengo que irme

Antes de que ella pueda decirme nada más me voy de allí. Paso de aguantarla. Esquivo a la mayoría de las personas que encuentro de camino a mi habitación. Cuando llego a ella, entro, cierro la puerta y me tumbo en la cama

-Toc, toc- dice Blas entrando a mi habitación- Te he visto subir ¿Te pasa algo?

-No me pasa nada-digo- Simplemente no quiero estar ahí abajo

-Te he visto hablando antes con una mujer- comenta- Parecías contenta

-Es mi tía- digo- Hacía mucho tiempo que no la veía. Por cierto le he hablado de ti y quiere conocerte

-Seguro que le caigo bien- dice Blas- Tengo un encanto natural

-Blas yo te quiero- le digo- Pero a veces tienes demasiado ego

-Repite eso- me dice

-¿El qué?- pregunto- ¿Que tienes mucho ego?

-No- responde él- lo que has dicho antes de eso.

-¿Que te quiero?- pregunto

-Eso mismo- dice Blas- Me encanta que me lo digas

-Pues te quiero- vuelvo a decir

-Y yo también a ti- dice él y me besa

Al principio el beso es como siempre, pero después va subiendo de intensidad y cada vez tengo más calor. Blas me coloca debajo suya y yo meto mis manos entre su camiseta y su torso. Se nota que hace ejercicio, está muy fuerte. De un tirón le quieto la camiseta y él hace lo mismo con la mía

Huyendo de los mercenarios (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora