XVIII - Yin

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Localizarlo por su cuenta fue inútil así que continuar con el convenio era su mejor opción pero tenia tiempo sin saber algo de la red, todos estos meses de dilación no le daban un buen panorama la posibilidad de que lo hayan reclamado y sea la razón de su completa desaparición era inaceptable, había sido considerablemente paciente pero ya se estaba exasperando de no tener noticias de su propiedad, desconfiaba de todos y ellos no era una excepción.

Pensar en perder y no convertirse en su dueño para poseerlo cuando le complaciera lo sacaba de quicio además se sumaba el hecho de no poder usarlo para humillar al mal nacido de su medio hermano.

Gracias a esto su sadismo se descontrolo no solo durante sus celos, todo aquel que caía en sus manos le recordaba lo que no tenía en consecuencia les hacia pagar su inutilidad para saciarlo dejándolos destrozados por fuera y dentro.

- ¡DETENTE! - sus lágrimas no se detenían.

Sus colmillos desgarraban todo lo que alcanzaba de la pobre presa, gruño por lo alto - No es culpa mía que no sirvas - odiaba escuchar sus ridículos lamentos así que cubrió las suplicas con su cinturón usándolo como mordaza mientras lo degradaba con tanto desdén que este se retorcía de forma errática por el calvario.

- ¡MGMMGM! -

Antes esto le hubiera llenado pero se volvió incapaz de soltar su capricho por el omega, ese maldito aroma lo tenia encajado en la memoria, incluso lo intento con mercancía que le habían ofrecido por la espera y aunque fue un poco mejor no servio del todo, parecía haber desarrollado una obsesión por aquella criatura del bosque.

No paso mucho para que se empezara a aburrir y como al final no obtendría ningún provecho opto por frenar la tortura, finalmente lo libero de su agarre dejándolo caer pesadamente, al menos podía decir que lo había cansado - Alégrate no fuiste un total desperdicio -

Su dolor y rabia lo hicieron hablar - Espero te... ¡¡agmn!! -

Lo sujeto de la quijada evitando que su insignificante víctima vociferará su injuria - ¿Quieres que termine lo que empece? -

El miedo terminó por apoderarse de el y no pudo articular sonido, sus ojos reflejaban su impotencia contra el alfa, seria mejor callar a recibir más suplicios, su piel y entrañas estaban deshechos, solo le quedaban fuerzas para lamentarse de haber aceptado su proposición. Miro como el finlandés se alistaba para irse, en pocos minutos desapareció dejándolo abandonado en aquel callejón.

- *Me importa una mierda si estas marcado... me perteneces* -

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Uno de sus trabajadores no aparecía, el compañero con el que salió daba un reporte de lo que sabía.

- Al llegar al lugar de la entrega el omega estaba al mitad de su despertar, el sujeto que lo vendía nos dijo que tenia una hermana melliza por lo que no tardaría en mostrar también su naturaleza y que si nos interesaba adquirirla, claro que seria una compra con riesgo pero podría valerlo, fue cuando oímos a la chica escapar del lugar así que le pedí a Somalia ir tras ella, lo último que supe es que resulto ser viable pero no volvió a comunicarse.

Pocas veces se han tenido que enfrentar contra otros alfas por la mercancía o con los que se daban aires de héroes pero al grado de desconocer el paradero de uno del grupo era extraño. Hungría tendría que enviar a unos cuantos en su búsqueda y averiguar que paso perderla es un lujo que no podía darse, se prometio a sí mismo hacer pagar al entrometido.

Hoy no era una buena noche a parte de este percance Estonia le pidió hablar con uno de los clientes, el ejercía muchos papeles pero alternar con los compradores no era uno por su carácter agresivo por esto mismo se le designo el rol de inquisidor algo que ejecutaba con placer y habilidad, su colega era el de cabeza fría encargado de cerrar los tratos.

La esperanza de los tontos - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora