XXXVII - Dominación

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La ausencia de movimientos en el lugar daban una atmósfera de letargo, la única señal de vida eran los murmullos palpables producidos por las conversaciones entre los obreros, siendo el tema principal lo que estaba ocurriendo últimamente, generando una impresión de inseguridad. No sabían que esperar exactamente pero se presagiaban tiempos complicados para la industria principalmente por el abrupto cese de las imprescindibles drogas, era probable que aun se distribuyeran a los omegas pero con muchísima menor demanda.

Esto era por los efectos secundarios que se presentaron en la mayoría de los especímenes, el constante abuso y exposición a la toxina prácticamente habían destruido sus ciclos haciéndolos incapaces de entrar de forma natural, ahora su organismo era dolorosamente dependiente de recibir una ingesta considerable o no serian completamente útiles.

Extrañamente a otros los modifico de una manera insospechada y mas beneficiosa, esto se supo a través de los clientes que declararon presenciar un cambio en el aroma de sus siervos, el cargado nivel de condensación era fuera de este mundo al punto de que al devolverlos los collares de cuero para evitar mordeduras quedaban destrozados a causa de las terribles ansias por lo que se tuvo que invertir en mejores correas.

Sin embargo esto provocaba que el resto de su cuerpo sufriera, cuantiosas huellas de dientes en diferentes partes de su cuerpos y rasguños desesperados por la intensa distorsión en sus sentidos fruto de la pastilla carmesí que igualmente enardecía el celo de los alfas.

- ¿Que crees que pase? -

- Mm.. seguro venderán a los que ya no sirven ¿pero quien querría uno averiado? -

- Pues si los ponen en oferta yo podría comprar uno -

Muy pocos en esta tierra han tenido la fortuna de probar a uno de estos seres y la consagración de la red solo reforzó las limitaciones financieras del los consumidores.

Otro gran inconveniente fue la repentina aparición de una aparente competencia de cazadores, que si bien no se han proclamado como tal igualmente se apropiaron de los últimos despertares. "RB" investigo por todos los medios de esta reciente organización pero no hubo rastro de estos tipos ni siquiera en los barrios bajos donde las noticias o rumores no tardan en asomarse.

- Un cambio no estaría mal -

- ¡¿Te iras?! -

- Tal vez, aquí se están jodiendo las cosas -

Esa clase de parloteos eran las que se extendían por toda la bodega en tanto Haití rondaba discretamente la zona, se suponía que el no debía estar ahí ya que solo los empleados de la entera confianza de Hungría y otros lacayos directos de Nazi se les garantizaría trabajar pero fue el mismo Indonesia quien abogo por el ya que lo consideraba un buen elemento y de fiabilidad.

Su sondeo lo condujo hasta un tarareo despreocupado y alegre que resonaba en un rincón donde la luz apenas alumbrara a un country entretenido en su quehacer.

- Creí que las armas estaban prohibidas acá abajo -

Se recargo en el respaldo de su asiento a la vez que subía sus pies a la mesa, mimaba a su artillería con un pañuelo para dejarla tan pulcra como fuera posible, seguramente este sujeto solo ha tratado bien a ese artefacto mejor que a cualquier ser vivo - Así es... para algunos - le sonrió y apunto con el cañón guiñando un ojo.

Se tenso por el ademán, la gente que labora en este sitio no es precisamente las mas cuerda o gentil.

- Jajaja relájate, esta bala ya tiene tonto -

Frunció el ceño ante la socarrona sentencia - No entiendo -

Se levanto holgadamente para alcanzar y abrazar a su compañero por sobre los hombros - Ese necio solo tenia que obedecer y complacer a sus amos -

La esperanza de los tontos - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora