La esperanza de los tontos - Omegaverse

XXXVI - El amor no daña

Las insistentes llamadas de Nazi fueron idóneas para provocarle un irritante malestar, su antiguo y ex-camarada le exigió recibirlo hoy mismo en su domicilio debido a un probable "conflicto comercial", solicitud que no le impresiono, era consciente de la posibilidad de que llegaran a el con respecto a la desaparición de la dama asiática aunque esto lo tenia sin cuidado ya que una ordinaria reunión con ella era meramente circunstancial que no probaba nada ademas de tener una considerable ventaja por ser quien es.

Empezaba a recriminarse el acceder a la peticiones absurdas de sus cachorros, esto solo le ocasionarían problemas innecesarios justo como el que venia en camino, tal vez su precaria disposición era inconsciente, fruto de una culpa por sus acciones del pasado.

Nunca imagino que el consumir a esa omega resultaría en algo tan tedioso. Se negó un sinnúmero de veces a detenerse un momento para comprender ese algo que le ocurría cada vez que estaba cerca de ella, le era imposible admitir que gustaba demasiado de una criatura inferior al punto de desear ignorar ese rasgo y sacarla de ahí para llevarla... lejos.

Ni siquiera al inicio de su captura sintió total indiferencia, fue extraño, incomodo e irracional; no le agradaba que el alemán igualmente la poseyera pero no podía oponerse, no existía razón alguna para impedir que sirviera a ambos y usar el pretexto de la exclusividad seria ridículo para un country que supuestamente era un desapegado sin exclusión y más con un ser tan insignificante.

En lo que su chofer conducía a su "hogar" su vista se perdía en la ventana del auto inundada por gotas de lluvia y su mente rememoraba vagamente aquel demencial episodio.

= Flashback =

De pie a la mitad de su prisión vestida únicamente con una reducida y traslucidla prenda se hallaría casi completamente estática si no fuera por un moderado temblor que se desplazaba por su endeble organismo producto del miedo infundado por un URSS sumamente alcoholizado que la hablaba mientras la rodeaba pausadamente, acorralándola una vez más. Percibir ese aliento cargado de vodka junto con su pesada y gélida mirada que la indagaba ansioso por cada rincón le cortaban el alma.

Se detuvo detrás de ella para admirar y palpar con dos de sus yemas la fascinante clavícula - Тебе, должно быть, здесь очень одиноко, да? (debes sentirte muy sola aquí ¿cierto?) -

Con la vista esquiva no dio respuesta a la cuestión que se le hizo, en tanto sus entrañas tiritantes se colmaron de una aversión insufrible por aquel tacto intimo que trazo su zona vulnerable - *Sigo sin entender que fue lo que hice para estar aquí* -

Se acerco para dejarse escuchar a escasos milímetros de su oido - Вы можете ответить (puedes responder) - pero no obtuvo replica solo una brusca agitación por parte de su rehén - мне очень жаль тебя (lo siento por ti) - cerro los ojos, lleno sus pulmones con su aroma y cruzó su mano despacio justo por debajo de la linea de su tierno busto, una caricia que parecía comunicar mas de lo que cobardemente se negaba a decir en voz alta, una especie de anhelo por "realmente sentirla" mas allá del banal impulso de poseerla - Что ты сделал со мной? (¿qué me has hecho?) - de forma involuntaria su estado etílico le permitía ser sincero - Меня тошнит, когда он прикасается к тебе (me enferma que el te toque) - su palma se apodero de uno de sus senos abrigándolo y presionando delicadamente a la vez que le plasmaba un beso gentil en su cuello tan diferente a otras ocasiones.

Un dulce quejido brotó de sus labios, un sonido que embeleso aun mas al gigante rojo ¿como era posible que esta mujer de baja estirpe le ocasionará tanta inestabilidad? al no lograr resistirse a la divinidad de este ente, la hizo voltear para que lo viera de frente, esos ojos grises que asemejaban 2 piezas de plata lo embrujaron y atemorizaron de sobremanera por lo que descubrió en ellos - Почему? (¿por qué) -