Capítulo 28 - Sobrevivir

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 Sus piernas ardían, su cuerpo temblaba, su vista seguía sin ser buena, y aun así, no había dejado de moverse en absoluto

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Sus piernas ardían, su cuerpo temblaba, su vista seguía sin ser buena, y aun así, no había dejado de moverse en absoluto.

Utilizando lo poco que quedaba de su energía espiritual, You YuMo creó una burbuja de aire y agua al ver un río enorme, de seguro si lo atravesaba estaría a salvo, o eso quiso pensar.

Había conseguido realizar un hechizo en extremo peligroso, uno que jamás se hubiera imaginado tener que hacer. Por suerte, incluso si su energía estaba desequilibrada y su fiebre por los cielos, lo había logrado a la perfección.

Sin saberlo con exactitud por culpa de lo desorientado que se sentía, había recorrido algunos li de distancia. Del otro lado había un bosque, aunque el cielo estuviera negro y no transmitiera nada de confianza, lo era mejor alejarse de Songshu tanto como pudiera, aunque a decir verdad, ¿acaso había un lugar seguro en ese mundo ahora mismo?

No le gustaba admitirlo, este sitio era perfecto para esconderse, la oscuridad del cielo lo ayudaría, los árboles y la naturaleza en general también serían perfectos, y como siempre lo hacía, buscaría alguna cueva o al menos algo similar en donde pudiera refugiarse.

Era consciente de que su cuerpo no iba a aguantar por mucho tiempo más; su fiebre seguía subiendo, la cabeza se sentía como si quisiera reventar, aunque quisiera, no podía darse el lujo de elegir demasiado.

El hechizo de velocidad extrema iba cobrando su factura, sus pies parecían haber sido quemados por el suelo, sentía como si tuviera lleno de ampollas y quemaduras, las rodillas parecían querer zafarse, su cadera estaba adormecida, mientras que sus brazos pesaban como rocas gigantes.

—Dioses... si de algo les valgo, ¿pueden ayudarme? —Se balanceó mientras intentaba caminar.

Dicho esto y como si su rezo hubiera sido escuchado, el joven divisó una cueva, por primera vez en mucho tiempo se sintió favorecido, no diría nada más, solo tomaría ese lugar como su refugio.

Su cabeza punzaba con más intensidad que antes, pero su cuerpo se sentía un poco más flojo, quizás era solo que, al sentirse más seguro y calmado, ahora su cuerpo se comenzaba a tranquilizar.

Transcurrió un tiempo caminando y avanzando dentro de la cueva, y más temprano que tarde llegó a una zona que era muy similar a la cueva en la que entrenaba su meditación, solo que bastante más cerrada. Al menos había agua y algunos rayos tímidos de luz, el frío allí debajo parecía congelar hasta los huesos.

Luego de dejarse caer al suelo sacó desde sus ropas la bolsita de medicina que Yi Hen le había entregado. Era un alivio que al menos esto estuviera en sus manos, si lo tomaba adecuadamente, entonces no tardaría tantos días en recuperarse.

—Es asquerosa... —expresó, curvando sus cejas tras tomar el medicamento.

Estaba exhausto y no iba a malgastar su energía para quejarse más, no obstante, la medicina tenía el efecto secundario de provocar mucho sueño, por lo que luego de parpadear un poco e intentar mantenerse despierto, simplemente cedió, quedando profundamente dormido.

Espadas del Fuego《Huǒ Zhī Jiàn》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora