(Esta novela es la continuación de Espadas del Cielo, la puedes encontrar en mi perfil)
Luego de la enorme guerra que se desarrolló contra el reino de Huǒ, los guerreros de Tiān se han separado para tomar sus propios caminos. Si bien la mayoría cree...
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Wú ShuāngJué y Yuè Huá:
Ese día Yue Hua recorría con tranquilidad la academia Songshu, no había mucho para hacer y estaba gastando el tiempo; los humanos estaban entrenando con sus respectivos maestros, o tan solo conversaban entre ellos, nadie lo requería y tampoco tenía ganas de hablar con nadie del lugar.
Debido a esto, por su mente pasaron las palabras de su hermano mayor.
Hacía apenas unas semanas desde que se habían instalado en Songshu junto a You YuMo, y como todo estaba tranquilo, Yue Jin le había pedido a Yue Hua que visitara a Wu ShuangJue, al parecer se sentía aburrido y solo. Claro, era solo un favor, si él quería y podía. Aunque lo cierto era que Yue Hua tenía un cierto interés en ese joven desde que lo conoció, no iba a negar que estas instancias eran perfectas para aclarar su mente y sentimientos.
Ya había ido una vez para mostrarle el reino de Yue Jin a Wu ShuangJue, pero había sido una salida corta y ni siquiera pasearon por los mejores lugares, como por ejemplo, recorrer la capital por dentro, entre otras cosas interesantes que le podrían interesar.
Al decidirse, Yue Hua se escondió en algún sitio del bosque de Songshu, lo bueno era que nadie iba a buscarlo, si bien era uno de los que ayudaba en el entrenamiento o dando consejos de artes marciales, él no era un maestro, o un discípulo fijo de ninguna academia, de entre todos, era uno de los que más libertades tenía, es decir, si desaparecía por uno o dos días, nadie iba a notarlo o preguntar por él.
El joven de ojos amarillos y ropas azules ingresó por un portal, había mejorado con el tema de sus portales, pero su energía espiritual seguía siendo inferior, quizás era más fuerte que muchos demonios, mas no lo suficiente como para estar a la altura de sus hermanos mayores. Era algo que lo enojaba, el hecho de que había perdido mucho poder por culpa del sello demoníaco no era algo fácil de aceptar, pero era una de las consecuencias de la guerra con los humanos. Aunque, a decir verdad, también sentía que era una escusa, él realmente nunca fue muy bueno con los portales y, por lo tanto, siempre estaba enfocado en mejorarlos.
Solo que ahora debía hacerlo en solitario.
Yue ZhaoLin fue el hermano con el que más interactuó de pequeño, fue quien le enseñó a luchar en primera instancia, ya fueran artes marciales o el uso de su energía demoníaca, siempre era ese hermano el más dedicado a enseñarle. Sin embargo, con el paso del tiempo y por todos los problemas actuales, la relación de ambos parecía haberse roto por completo, hasta el punto de que se sentía intimidado y rechazado.
Yue Hua sacudió la cabeza para quitar esos pensamientos de su mente e ingresó en el sótano de una vez por todas.
El joven demonio caminó por el sótano como si fuera su propia casa e ingresó en la biblioteca, pues por esas horas, Wu ShuangJue solía estar allí.
Sonrió al ingresar y ver la escena, tal y como era de esperarse, el joven estaba ahí. Estaba descansando su cabeza en sus brazos sobre en la gran mesa, a su alrededor había al menos quince libros, algunos abiertos, otros cerrados, y hojas desparramadas por todas partes.
