Capítulo 32 - Sombras de un posible veredicto

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 Gracias a que Yi Hen se percató del ataque consiguió apartar a Feng Baoshi hacia un costado, por lo que solo parte de la cintura y ropa fueron dañados

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Gracias a que Yi Hen se percató del ataque consiguió apartar a Feng Baoshi hacia un costado, por lo que solo parte de la cintura y ropa fueron dañados.

El hombre de cabello plateado sacó de inmediato la lanza que llevaba en su espalda y contraatacó. La persona que había agredido a Feng Baoshi estaba encapuchada y vestida con una capa negra que cubría toda su figura, era imposible adivinar quien era. El arma que portaba el enemigo era una de las que se usaban para practicar en la academia, muy básica y sin poderes especiales, aunque claro, si bien no eran de una calidad excepcional, tenían un filo bastante decente.

Yi Hen era un experto cuando de lanzas se trataba, mientras que el enemigo no parecía ser lo que se llama un experto, no al menos con este tipo de armas; con solo un par de movimientos, Yi Hen pudo adivinar lo que planeaba hacer. Aprovechó los errores para dirigirse a su punto débil, movió su cuerpo de manera tan veloz que con tan solo un giro le quitó el arma, dejando al mismo tiempo un corte en la parte superior de su mano.

No era un corte profundo, sin embargo, si no se trataba con urgencia perdería demasiada sangre. Esta persona dio unos cuantos pasos hacia atrás mientras cubría su mano y, en vez de seguir luchando, ingresó en el bosque para así perderse en la infinita oscuridad, ¿qué acababa de suceder? ¿Ese era el asesino?

Yi Hen estuvo a punto de perseguirlo, sus pasos frenaron en seco y contuvo el aliento, «Baoshi», pensó.

Quería perseguir al enemigo, pero Feng Baoshi también estaba sangrando en la zona de la cadera; de hecho, desde que el ataque sucedió, Yue Hua estuvo intentando frenar la hemorragia mientras Yi Hen luchaba, ahora, al detectar la expresión del maestro, no perdió ni un momento para entender.

Yi Hen no quería menospreciar al demonio, pero para ser honestos, Yue Hua no era el mejor en tratar heridas, parecía sentir que solamente él podría curar el cuerpo de Feng Baoshi.

—Yo iré tras él, cuida a Feng Baoshi como corresponde, lo harás mejor que yo. —Comprendió el demonio, aceptando sus limitaciones.

—Ten cuidado, estaré en mi habitación, si algo sucede, llámanos.

—De verdad, ustedes se olvidan de que sé defenderme, mi especialidad son los humanos, desde hace muchos, muchos años.

—Tengo que disculparme por eso, solo es la costumbre —sonrió Yi Hen mientras transmitía energía curativa—. Ve.

Lo que Yue Hua había dicho antes era cierto. En el mundo demonio había vivido unos veinte años, luego se le fueron quitados sus recuerdos y fue devuelto a su niñez por culpa del sello, solo para posteriormente vivir veinte años más. Si bien nunca había sobrepasado ese número y sus recuerdos no regresaron hasta que fue bastante grande, el joven se había vuelto más maduro, con dos experiencias de vida diferentes. Aunque claro, al no tener recuerdos de nada y vivir como desde cero en su segunda vida, en realidad seguía siendo como un chico de veinte.

Espadas del Fuego《Huǒ Zhī Jiàn》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora