Capitulo X

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¿Estamos relacionados?

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....¿Estamos relacionados?

Se preguntó interiormente al lograr visualizar en el espacio un muy delgado hilo de color rojizo que se conectaba con los presuntos monstruos aparentemente mutados de presencia demoniaca, ver lo que otros no pueden era algo normal en la vida de Emiya Shirou desde que comenzó esta nueva vida.

Mi karma y el suyo están atados de una manera...¿Artificial? Vislumbro Shirou con entendimiento.

Aunque se encontraba miserablemente rodeado por todos ellos, no estaba tan preocupado como merecía estar cualquier otro en su posición. Aunque tampoco era correcto decir que se estaba tomando la posición de oveja rodeada por coyotes a la ligera—No, aunque el caminar de los roedores alrededor de él como un planeta era paciente—sus intenciones eran claras.

Comer.

Así que esto se sentía ser convertirse en la presa de algún cazador—Ciertamente inquietante. Tuvo que admitir Shirou con la guardia en alta.

"¿La chica está a salvo cierto?" Tarareo el pelirrojo mientras que lentamente caminaba al ritmo de los monstruos en dirección a un pasadizo entre los callejones en búsqueda de la niña de cabellos lavanda que había arrojado al lado contrario al suyo para su seguridad. A diferencia de todos los demás civiles, la seguridad de Medea era de su responsabilidad al invitarla a pasear en este festival y queriendo suponer que la chica huyo a un refugio seguro lejos de todo el desastre que los monstruos ejecutaron.

"Entonces me mantendré al margen de todo" Se excusó Shirou sin preocupación en su conciencia intentando zafarse de la responsabilidad de contribuir en desempeñar un papel en este día. Solo era un civil herrero que vivía de su trabajo—no un verdadero aventurero.

No podía ser de mucha ayuda; Nadie le culparía de tomar el sentido común de huir.

".....Ha~" Suspiro Shirou decepcionado de sí mismo al detenerse de su camino, con la bufanda roja extendida entre los codos de sus brazos como un manto, con sus propias manos destrozo el elegante bordado por la mitad mientras los enrollaba mano a mano como un guante de pelea.

--¿Pero a quien engañaba?

Tanto su conciencia como su corazón exigían que hiciera algo—que contribuyera de la misma manera que ayudo al chico conejo. Sus relaciones con estos monstruos le hacían imposible no tomar la batuta de la situación como si todos conocieran a una misma persona.

La conexión era débil, pero presente ante el par agudo de sus ojos dorados.

Era más una condición de entender, y menos de ver claro.

Le pareció que todo rastro de lágrimas y sangre derramada se mezclaba con la luz del sol del mediodía.

"Ha~, malnacidos...que por el karma de mis manos sus orígenes sean cortados" Canto Shirou mientras que, como un cometa rojizo, se abalanzo en dirección al roedor más cercano con sus puños.

Escarlata y Amatista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora