Capitulo XI

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Final Arco I:  Un Nuevo Atardecer

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Final Arco I:  Un Nuevo Atardecer. 

Por lo que más deseamos—El costo que debemos pagar es alto.

El sol se ocultaba en los brazos del poniente—el cual iluminaba sobre la gran muralla del este reflejando una fina y delgada estele de luz comparable al crepúsculo al nivel del mar, el resplandor penetra los ojos de los gorriones sobre los techos, gimiendo con su canto al escuchar susurrar la naturaleza cual soplaba su aliento en la tierra.

Y el clímax del día prometía un nuevo mañana como una verdad reflejada en la sombra de la luna gris.

"▬▬▬▪▪▪■■■▄▄▄▀▀▀█████████"

Aullaba bravamente la bestia, barriendo el aire con violencia e infeliz forzando sus cuerdas vocales en volúmenes irrepetibles para seres inteligentes solo propagando miedo y desgracia. El cuerpo peludo de la bestia parecía un charco de sangre, sudor y mugre recelosamente con todos los cortes producidos con anterioridad y el maltrato inmaculado en consecuencia de sus propias devastaciones. Un insensato color arenoso como el de los camellos en los desiertos, una ira descontrolada en una bestia de los pisos superiores relativamente débiles—caminos de venas y arterias espantosas con una espesa negrura elevándose por encima singularmente.

"...¿Entonces el perro usa magia? ¿Qué preguntas hago? ¡Pero claro que usa magia!"

Vislumbrando como el gran simio era arrastrado por raíces desde su espalda como esas extrañas plantas carnívoras intentando cubrir y presionar el cuerpo completo del monstruo

El castaño cobrizo murmuro con duda en su voz interior reuniéndose junto con el pequeño can como con la hechicera siguiéndole. Pero entonces recordó como el juguetón animal que asalto su monedero de rey león—el cual desapareció del medio con tanta facilidad como con la que apareció.

—"¡Wow!¡Wof!" Ladro el perro animosamente cuando noto el contacto visual de él pelirrojo cobrizo sobre su magnífica persona.

Shirou miro en dirección al animal con atención.

Una ceja se alzó ante el aparente entendimiento del cachorro a sus palabras, quizás el motivo de su duda se debía a que nunca ha escuchado ni siquiera en palabras de su amigo Crozzo de la aparición de bestias inteligentes dentro del maldito laberinto, aunque también hablaba de Crozzo.

Ese simpático herrero pelirrojo tendía a querer impresionarlo cuando se reunían junto a Tsubaki en su hogar. Si existiese una jerarquía entre los tres más prometedores hijos de Hefesto sobre el otro en cuanto a actitudes de hermano mayor, sin duda Tsubaki y Shirou pelearían por el primer puesto dadas sus posiciones dominantes como unos padres improvisados, con Crozzo siguiéndoles como todo hermano menor debe.

—"¿Hay algo que deba saber?"

Pregunto Medea a espaldas de Shirou el cual no lo pensó demasiado, y compartió el poco conocimiento recolectado sobre la criatura.

Escarlata y Amatista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora