Capitulo VII

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"Bien, ¡Buen trabajo a todos! ¡Eso es todo por hoy! Tomen el salario del día y descansen. Se lo merecen por su excelente trabajo"

Dijo un anciano bajo y fornido, admirando frente a sus ojos cansados el fruto de su esfuerzo y el de sus chicos-un techo.

El anciano, no era un viejo común y corriente pese a su constante dolor de espalda o su cuerpo apoyado sobre un bastón. Si se tomaba en cuenta el aire alrededor del anciano, entonces incluso un niño podía llegar a una sola conclusión. Porque más allá de su excesiva confianza en sí mismo, el anciano es un dios.

Goibniu dios de la familia con su nombre, sonrió satisfecho con el buen trabajo de sus muchachos. Como un dios de la herrería y la arquitectura, trabajos relacionados a la reconstrucción o construcción no fueron poco frecuentes, e incluso se atrevía a decir, tenían el dominio del mercado como su amiga diosa de la herrería Hephaestus con la artesanía de cuchillas. Pero este trabajo en específico tiene un detalle especial-fue de último momento, de emergencia e inoportuno.

El dios anciano se limpió el sudor en su frente bronceada, remodelar y reconstruir los daños de la feria de monstruos lo habían dejado al menos mentalmente agotado. La brutalidad de los monstruos para destruir solo genero trabajo y más trabajo, no era algo por lo cual quejarse en comparación a cierta rubia y morena torpes para cuidar de sus armas. En sus propios pensamientos, los monstruos son como huracanes, predecibles pero poderosos.

O no del todo dependiendo del monstruo-pero el nivel de fuerza de un aventurero o un monstruo le daba igual-nunca ha sido un combatiente, ni siquiera desde los días oscuros de la disputa. Mientras los dioses ancianos se quejaban y discutían mientras "resolvían" sus disputas de autoridad, Goibniu se aisló y educo a los dioses de la segunda y tercera generación después de ser reprogramados.

Siempre había pensado que es más honorable levantar un ladrillo que una espada, una filosofía que transmitió a sus chicos a quienes les llamaban obreros como si los ofendieran e insultaran, ¿Y que hizo el dios? Resoplo divertido y se golpeó su fuerte pecho orgulloso de sí mismo. Al menos ellos no morirían devorados por el maldito calabozo solo bajo su halo de ignorancia alimentada por el hambre insana de codicia gloria y fortuna.

Gracias a los esfuerzos de él y sus hijos adoptados, decenas de familias no solo tendrán un hogar de calidad, sino también digno y seguro. Cálido durante el invierno, seco durante el otoño, refrescante durante el verano e iluminado bajo la primavera. Era simplemente un ganar y ganar pese al trabajo tan mal agradecido que era su profesión. Justo como prometió, Ganesha se hizo cargo de los gastos para compensar las pérdidas de infraestructura e indemnizo a las familias incompletas en consecuencia a la matanza indiscriminada de las salvajes bestias.

Solo podía suponer que tal excesivo gasto-es uno, que solo el dios mascara de elefante podría permitirse dada su excelente fortuna. Entretenimiento, servicio público, comercio-Goibniu sospechaba de Ganesha, no es extraño que dioses trajeran sus dones del cielo, pero regla de Oro es un don mas metafísico que material, y el dios mascara de elefante parecía que el mundo mismo le sonreía como el dios le sonríe a todos.

Lástima que ese gran humor no es contagioso.

Triste, familias incompletas debido a un trágico accidente. Goibniu aunque severo, no carecía de simpatía ni empatía. Y aunque soñara con apresurar el trabajo, prefería tomarse su tiempo. La calidad a su tiempo superaba las hazañas en la imprudencia de apresurarse.

Ahora, miraba a sus hijos marchar ordenadamente en una larga fila, recibiendo los pagos por su buen servicio. Sus hijos e hijas.

"Nos vemos jefe"

"Buen trabajo" Dijo el dios a su chico, entregando el sobre. Y repitió. El salario siempre estaba preparado de antemano y a tiempo, sin excusas ni pretextos.

Escarlata y Amatista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora