Capitulo 6

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Habían pasado 5 meses desde aquel encuentro en el estacionamiento. Después de ese día, a diario llegaban enormes ramos de flores y chocolates caros a la puerta, los cuales nunca eran recibidos por la persona a la que iban dirigidos, sino por los hermanos o cuñados de ésta.

-Odio a ese tipo por meterse con Rei-chan, ¡Pero estos chocolates están buenísimos!- Exclamó Shido casi brincando del sillón.

- Shido, no creo que debas comerlos todos, te has comido tú solo todos los chocolates de la última semana. Te harán mal- Dijo Isagi en su tono tan tranquilo mientras acariciaba la cabeza de Rin, quien se encontraba recostado en el sillón y sobre las piernas de este casi dormido.

Sin embargo, Shido no hizo mucho caso, es más, tomó dos chocolates más y los metió a su boca de un solo mordisco.

-Ya deja eso, Ryu o te vas morir de diabetes- habló molesto el Itoshi mayor mientras arrojaba la cabeza de una flor a la cara de su novio con mucha fuerza.

Regañado, Shido dejó los chocolates a un lado y se dirigió hacia Sae, que se encontraba sentado en un sillón de una persona destrozando el ramo de flores que había llegado. Shido se sentó en el suelo, justo a un lado de la pierna de su novio y la abrazó con fuerza.

-Lo siento, cariño. Pero verte enojado destrozando los malos intentos del niño héroe por conquistar a Rei me pone tan caliente que solo puedo comer para evitar tomarte aquí- acto seguido recargó su cabeza en la rodilla de Sae y después comenzó a mover de forma traviesa su mano por dentro de la pierna del pelirrojo.

-¿Quieres callarte y controlar tu animal interior por quince minutos? Estoy descargando mi ira sobre estas cosas del diablo-

Mientras tanto Isagi se encontraba más que apenado de estar en esa habitación. Estaba acostumbrado a la elocuencia y las palabras, acciones y situaciones tan...poco comunes que Shido les hacía pasar con Sae, pero había algunas veces que se sorprendía de la forma en que solía superar sus propios límites y esta era una de esas veces.

Después empezaron a llegar regalos más caros como: collares, anillos, aretes, pulseras, relojes e incluso zapatos para la única mujer de la casa. Eso ya había empezado a incomodar a la chica y los chicos lo habían notado. Así que decidieron cambiar de casa, después de todo, para ellos no significaba gran problema.

Se habían mudado al otro lado de la ciudad. Rin y Sae seguían en su club deportivo ganando dinero, pero Reina había cambiado de universidad para evitar trayectos largos.

En la universidad Nueva había conocido a dos chicos demasiado altos y que por casualidad habían resultado ser fanáticos del fútbol.

El primero en acercarse a ella había sido un joven de la misma carrera que ella. Su nombre era Reo Mikage, estudiaba administración de empresas y era el heredero de una gran fortuna. Ambos habían congeniado bastante bien con el avanzar del semestre, después de todo Reo era fan del fútbol y Reina conocía mucho del tema.

A las pocas semanas de ser amigos en la universidad, Reo unió a su grupo a un chico de pelo blanco y aún más alto que él. Había resultado llamarse Nagi Seichiro y a pesar de ser una persona muy tranquila, él y Reo se habían conocido de pequeños y jugaban juntos en una liga infantil.

La mirada perdida y siempre perezosa de Nagi había cobrado un brillo mayor que cuando jugaba videojuegos en su teléfono celular después de conocer a la nueva chica de la escuela. Incluso había algunas veces que la invitaba a comer, al cine y ella a él, hasta que se habían vuelto muy buenos amigos después de unos meses.

-Oigan chicos- Habló Reina tranquila durante el almuerzo.

- ¿Qué sucede?- preguntó Reo después de darle una mordida al sándwich que traía consigo y Nagi la miraba atento.

- El fin de semana habrá una cena en mi casa y quisiera que ustedes vayan. Quiero que mis hermanos los conozcan -

Nagi casi se atraganta con su jugo y Reo con el bocado que traía en la boca.

Los había tomado totalmente por sorpresa ¿Su familia? Sabían quienes eran sus hermanos, pero no están seguros de cómo les caerían, después de todo, su hermano mayor era Sae Itoshi. Un jugador de la sub 20 del país y que tenía fama de ser excéntrico y poco amistoso y su hermano gemelo era Rin Itoshi, un enigmático delantero.

Definitivamente estaban nerviosos pero al final aceptaron.

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La Hermana De Los Itoshi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora