Ambos chicos habían decidido que habían tomado demaciado y que lo mejor era solo ir a dormir a la habitación.
Nagi se sentía incómodo, ya que era la primera vez que dormiría bajo el mismo techo que Rei. Le estresaba la idea de que entrara alguien más a la habitación y lo vieran en ropa interior en la misma cama que ella y lo crucificaran por dormir con su novia. Sin embargo, Rei estaba de lo más normal, solía cerrar con seguro su puerta y más que ansiosa, estaba algo apenada también por ser la primera vez compartiendo cama con su pareja.
Ambos por el mismo alcohol que habían bebido habían decidido dormir en ropa interior. Se recostaron en la cama, se cubrieron con las sábanas y empezaron una larga charla sin sentido y llena de balbuceos debido a lo ebrios que estaban. Incluso habían desarrollado una especie de nuevo idioma que solo dios y ellos entendían. Siguieron hablando el resto de la noche hasta que ambos cayeron dormidos.
(Unas horas atrás)
En el segundo piso de la casa, que era donde se encontraba destinada la habitación de Rin e Isagi, el último se encontraba tratando se recostar a su novio en la cama para poder cambiarle la ropa a una más cómoda para dormir. Ambos solían usar un traje de satín azul rey, pero la tarea de abrochar los botones de la camisa de Rin comenzaba a ser un tanto difícil.
—Vamos, cariño, ayúdame un poco. Necesito que te quedes quieto o te vas a resfriar por dormir descubierto— Dijo Isagi un tanto frustrado.
—Pero...y-yo quiero besss...arte...— Rin estaba demaciado amoroso por el alcohol y comenzaba a querer colgarse de Isagi, hasta que logró su cometido, jalando a su novio a la cama haciéndolo caer sobre él.
Ambos se dieron un largo beso hasta que Isagi se separó. Sabía que empezaba a subir la temperatura.
—Rin, basta. Estás ebrio y no vas a recordar nada en la mañana y después me vas a odiar por el dolor.
—No me importa— Rin se las arregló para girar y está vez quedar él encima —Quiero que me des tan duro que mañana no pueda mover mis piernas— esto último lo dijo en un susurro en la oído de Isagi.
Está acción causó una ligera risa en Isagi. Rin podía volverse demaciado atrevido con la ayuda del alcohol. —No, rin. Debes dormir— Isagi tomó a Rin de sus antebrazos haciendo algo de presión en ellos para poder levantarse, pero Rin aprovechó eso.
—Por favor, Yoichi — dijo casi en un suave gemido y después lamió lenta y torpemente el lóbulo de su novio. Isagi había caído en la tentación...
Rin realmente sabía cómo conseguir lo que quería.
En el siguiente piso de la casa se encontraba la última pareja llegando a su cama tras un largo y ajetreado camino de besos, ambos habían caído en la cama.
—Entonces, ¿Quieres que use el traje nuevo?—Habló Sae dando besos cortos en los labios de su novio.
—Eso me haría muy feliz— Respondió Shido bajando directamente al pecho descubierto del pelirrojo.
—¿No estás demaciado ebrio? ¿Se te va a parar?— Sae alargó una sonrisa a lo cual, Shido tomó ambas piernas del más bajo y las posó sobre sus hombros para frotarse en la entrada del otro, robándole un suspiro.
—¿Cuándo te eh fallado?— Interrogó el rubio.
—Voy a cambiarme.
Ambos se separaron y Sae corrió camino al baño del piso para después comenzar a ponerse el traje.
Tras unos cuantos minutos, el pelirrojo había abierto la puerta del baño de un solo golpe para mirar directamente a su pareja sentado en la cama con las piernas abiertas, las manos atrás recargándose en ellas y solo con ropa interior. Caminó lentamente hacia él y cuando estuvo cerca, inmediatamente subió a sus piernas para tomar el rostro de Shido y besarlo frenéticamente siendo correspondido con las grandes manos del rubio tomando su cintura para hacerlo estar más cerca y mover sus caderas.
—Te ves realmente lindo y sexy en ese traje
—Eso es obvio, me queda bien todo lo que uso.
Shido lo hizo levantarse para que diera una vuelta y poder mirar el traje con más detenimiento.
El traje era de tres piezas. La primera era una especie de corset negro y la parte baja que era nada más y nada menos que ropa interior negra con una bola de algodón peinado que simulaba la cola del conejo. A esto, Sae le agregó unas medias de red y unas zapatillas negras que había comprado especialmente para el traje y el toque final era una diadema de orejas de conejo y un cuello de camisa con un moño.
—Ven aquí— Habló Shido señalando el piso frente a él, a lo cual su novio entendió todo y se arrodilló en cuatro frente a él dándole la espalda.
Sae se acomodó con las piernas abiertas, a lo que Shido tomó un pequeño plug que solía poner dentro de su novio como juego previo y el juguete se encargara de prepararlo. Con delicadeza comenzó a acariciar el trasero de Sae, tomándose su tiempo para delinear cada parte y mover lentamente la tela, para después poner un poco de lubricante en la zona y jugar un poco con su entrada antes de meter el pequeño artefacto.
—Ahg, está frío...— se quejó Sae.
—Será solo un momento, espera un poco.
Shido metió el artefacto dentro de su novio y después hizo que se volteara y quedara arrodillado frente a él.
—Alguien está demaciado impaciente— Sae miró atentamente la entrepierna de Shido.
—Seria imposible manter la cordura después de escucharte gemir de esa manera—
Y entonces Sae directamente se acercó a la ropa interior de Shido y lamió sobre la tela, la ya notoria erección de su novio arrancándole un suspiro.
Después la sacó y comenzó a lamerla lentamente desde la base a la punta, deteniéndose en la punta a hacer circulos con la punta de su lengua. Una vez que decidió que era el momento, la metió en su boca y empezó a succionar de arriba a abajo una y otra vez.
Mientras tanto Shido solo podía cubrir su rostro. Quería más, aunque no quería sobrepasarse con su novio. Lo que lo llevó al límite fue que Sae succionó un tanto más fuerte y eso activó un interruptor en el rubio. Tomó la cabellera de Sae y lo hizo ir un poco más profundo y rápido, causando que a los pocos minutos se viniera dentro de la boca de Sae. Lo había tragado casi todo pero un tanto había logrado escapar de su boca y se encontraba al rededor de su boca y pecho, miró a Shido desde abajo, quien solo respiraba rápido y tenía un notorio sonrojo en su rostro. Esto acaba de iniciar.