Unos minutos más tarde, la policía llegó a la casa de los hermanos. Explicaron lo que sucedió para poder llevarse al chico (Demaciado golpeado y casi inconsciente).
Dentro de la casa, se encontraban Isagi y Reina curando los golpes y heridas que se había hecho Nagi al pelear y dar demasiadas vueltas en el suelo. Tenía bastante raspadas las rodillas, los nudillos pelados por golpear, el labio partido y una enorme marca en la mejilla del primer golpe que había recibido.
—Ese maldito idio...¡Auch!—
—Oye, no es mi culpa que tengas partido el labio amigo, debo curarlo o se va a infectar— Habló Isagi muy tranquilo.
—Yo lo hago, Yoi. Por favor ve con los demás, trata de que mi hermano no se vuelva loco. Yo me, encargo de Seishiro— Habló la chica tomando la bolita de algodón.
Isagi salió de la sala para dirigirse al estacionamiento, dónde aún se encontraban los demás. Al parecer, Sae estaba invitando bebidas a las autoridades, para distraerlos de que su novio se había sobrepasado y había dejado muy mal a Kunigami.
Reí se posó entre las piernas de su novio, tomó su barbilla y la levantó, limpiando lentamente la herida en su labio sin decir una sola palabra.
—¿Estas molesta?—Preguntó el albino muy incrédulo.
—No estoy molesta contigo, si es lo que te preocupa— Habló tranquila.
—Solo quería defenderte. No iba a permitir que ese bastardo te tocara, mucho menos después de saber todo lo que te ha hecho pasar— Nagi se retiró del agarre y abrazó a su novia al rededor de su cintura, escondiendo el rostro en ella, como si de un niño pequeño se tratase.
—Lo sé. Tú eres distinto. Pero sabes, te veías tan bien cuando lo estabas golpeando — Seishiro volteó a ver a su novia solo para encontrar una sonrisa juguetona en su rostro que, le hizo entender que trataba de cambiar el tema para evitar la tensión. A lo cual, la jaló hacia si mismo para lograr una mayor cercanía y besarse.
—¿En serio me veía tan bien?— preguntó Nagi con ironía.
—Eres mi caballero de brillante armadura—
Mientras ambos jóvenes estaban en su burbuja Rin entró a la sala en busca de su hermana.
—Ahg, carajo ¿Podrían irse a besuquear en otro lado?— miró muy serio a Nagi y continuó— Y que anoche estuviera tan ebrio y te haya aceptado como novio de mi hermana, no significa que puedes andar por la casa besando a mi hermana dónde y cuando se te plazca—
Nagi estaba algo incómodo y se sentía totalmente regañado. Creía que había hecho un buen trabajo la noche anterior ganándose a sus hermanos pero, la actitud tan rejega de Rin decía otra cosa.
—¿Qué quieres Rin? ¿Ya se llevaron al estúpido de Kunigami? — Habló la chica muy hastiada por la situación.
—Si. Sae está terminando de distraer al policía. Shido golpeó demaciado al tipo ese y se lo llevaron a punto de desmayarse pero, te necesitan en la estación para que des tu declaración y también la de tu novio—
Las cosas con Kunigami pasaron después de muchos problemas en el ministerio público. Se había argumentado que el chico tendría que ir a sesiones de terapia, pues lo que había resultado ser, era un cuadro muy fuerte de obsesión.
Tras dar los testimonios de los ofendidos; Reina, Nagi y del actor de la agresión segunda para Kunigami. Shido había salido totalmente librado del problema con el argumento de que había actuado en defensa de su propiedad privada y sobre todo de su cuñada y ahora nuevo cuñado. Las cosas salieron aún más sencillo gracias al renombre que tenía la familia Itoshi, siendo que ninguno tenia conductas tipificadas. Entonces, el único que faltaba era Nagi.