La semana había pasado más tranquila para el trío de amigos, a excepción de uno, Nagi.
El pobre chico a pesar de ser muy tranquilo de vez en cuando entraba en pánico al encontrarse con su amiga, ya que inevitablemente pensaba en la cena, en sus hermanos y que había algo bastante notable entre ellos dos ¿Y si a sus hermanos no les parecía? ¿Realmente valía la pena pasar por todo eso?
El albino fue sacado de sus pensamientos por otro chico que iba caminando junto a él por el camino a casa.
—¿Sei? ¿Qué te sucede? Estás todo ido y no me estás poniendo atención en nada de lo que digo y sabes que odio eso.
—Mhmm?! No es nada, solo pensaba un rato. Es demaciado cansado tener que escucharte todo el día, Reo.
—A veces eres un fastidio tú y tu pereza, pero ¿qué te tiene tan preocupado? Digo, eres tú y estás gastando energía en pensar... Es muy raro en tí.
—Me preocupa la cena de Rei.
—Ahhh, tenía que ser eso. ¿Nervioso de conocer a tus cuñados? Yo también lo estaría si uno de los dos fuera Sae Itoshi. Pero tranquilo, lo harás bien. Además, rei-rei te defendería a muerte de sus hermanos. Se le nota con solo verla como te mira.
—¿Lo dices en serio?— Nagi había parado su andar ante tal afirmación, sabía que ambos se gustaban, pero no habían oficiado nada aún.
—Claro, hermano y creo que deberías hacerlo oficial antes de que se llegue esa cena, porque recuerda que Rei-rei ya tiene un ex tóxico, así que si llega a la cena con "un posible" quizá no les caiga de todo bien e influyan en lo que siente antes de que si quiera pueda pensarlo.
Reo tenía razón, quizá llegar a la cena siendo el nuevo oficial tendría alguna ventaja, quizá más por el titulo, pero tendría la ventaja y él realmente se había enamorado de ella, tenía que conseguir el visto bueno por parte de la chica y la familia.
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—————————————————————————————Los días posteriores a esa plática Nagi había estado pensando la manera de finalmente decirle sus sentimientos a Reina y después de mucho pensar había logrado decidir dónde.
Sabía que a Reina le gustaban los lugares simples pero lindos, así que la invitó a un lugar en donde ella pudiera estar lo más cómoda posible. Un restaurante de comida china con buffet.
Si bien ella era toda una dama elegante y muy distinguida, también no le importaba ser ella misma en todos los lugares y con todas las personas y Seishiro había sido testigo de cuánto es que ella amaba comer, así que ese sería su As bajo la manga.
El día de la comida se había encargado de mantener feliz todo el día a la chica llevándola a varios lugares: Comprar ropa, accesorios, libros, discos de música, cómics, mangas y todo lo que ella quisiera, tuvieron que echar las cosas en el asiento trasero del auto ya que habían llenado totalmente la cajuela del auto.
—Puedes pedir lo que quieras. Se cuanto te gusta la comida, así que creí que este lugar sería buena idea.
—Vaya, pero ¿Quién eres y qué le hiciste a Nagi? Él ya estaría cansado de tanta vuelta que hemos dado— Respondió la chica con un tono de burla.
—Oh, puedes creerme que estoy cansado de tanto caminar pero vale la pena estar contigo un poco más de tiempo.
Tales palabras habían conmovido el corazón de Rei, después de todo, el único que solía decir cosas así de dulces era su cuñado Isagi y bueno, Ryusei, pero el era un tanto más agresivo al decirlas. Isagi era el único con el suficiente tacto.
La cena llevaba unos cuarenta minutos transcurriendo y hablaban de cosas triviales como sus tareas y cosas de sus carreras, hasta que el más alto tomo la iniciativa.
—Rei. Se que hoy hemos estado dando demasiadas vueltas y creo que es más que obvio que tú sospechas algo.
—Lo empecé a notar cuando pasamos a la tercer tienda y tú aún querías estar ahí— contestó la pelirroja divertida.
—La verdad es que lo eh estado pensando demaciado y finalmente quiero pedirte una cosa.
Reina lo miraba atenta y con una idea muy acertada de lo que el chico quería decirle pero empezó a tener problemas.
—Llevamos un tiempo...ya sabes...saliendo y esas cosas...yo eh...creo que es el momento de decirte...
—¿Quieres ser mi novio, Seishiro? — Habló sin más rodeos la mujer.
—¡Oye, yo tenía que decir eso!— fue lo único que pudo decir el chico.
—Te estabas poniendo demaciado nervioso, creí que así ayudaría un poco— contestó ella con una gran sonrisa en la cara.
—Olvidemos eso, por un momento— Nagi rodeó la mesa hasta estar frente a ella y tomó ambas manos —De verdad me haría exageradamente feliz el que aceptaras ser mi novia, Rei. Te prometo jamás lastimarte y ser el mejor hombre que haya en tu vida. Solo permíteme estar contigo.
Rei no dijo nada, simplemente lo miró unos segundos, grabando por completo la expresión tan nerviosa que tenía el joven que con tanto miedo y pena sujetaba sus manos. Quería recordarlo para después.
Luego de unos segundos que para Nagi parecían interminables y llenos de incertidumbre Reina había tomado el cuello de la sudadera que él usaba. Había dado un fuerte tirón hacia ella y lo había besado durante unos segundos para después mirarlo con una sonrisa.
—Por supuesto que si — Finalizó ella.
La sangre volvía al cuerpo de Seishiro y con ella un sonrojo tenue pero visible en el rostro del chico al recibir la respuesta. Al menos ahora podría estar más tranquilo consigo mismo.