Ya llega la Navidad.
Observo las calles desde la ventanilla del autobús camino al instituto. Sean va a mi lado medio dormido porque anoche se quedó hasta tarde jugando a algo online con Leo.
Sonrío cuando siento su cabeza apoyarse en mi hombro.
Suspiro y viene a mi mente el recuerdo de la semana pasada;
Al día siguiente de mi cumpleaños estaba ayudando a mamá a llevar las bolsas de la compra desde el coche hasta la casa, cuando lo vi: en el suelo había una pequeña cajita con un lazito azul y una notita pegada a la tapadera de la caja. La coji y la guarde en mi bolsillo para verla más tarde.
Pero aún no la he abierto, no después de leer la notita.
Para mi Riley, sé que soy un idiota pero este idiota te quiere mucho.
-Tu Aitor.
Sacudo la cabeza. En algún momento la abriré, pero ahora no. No estoy lo suficientemente... Fuerte.
(...)
—¡No abras los ojos!
—¡No los abro!
—¡Te he visto, ratilla!
—No mientas, —me río. —yo no estaba mirando.
—Aja, ahora cierralos.
—¡QUE LOS TENGO CERRADOS!
—¡Riley, no grites! —ambos reímos ante el grito de mi madre desde abajo.
Vuelvo a cerrar los ojos y extiendo la palma de mi mano cuando Sean me lo pide.
Siento algo frío y pesado colocarse en mi mano y el hace que la cierre en un puño antes de dejarme abrir los ojos.
Veo como Sean me sonríe pero yo no entiendo nada.
Antes cuando salí del baño me dijo que me sentara y que cerrara los ojos. Pero en ningún momento me ha dicho para qué.
—¿Qué es eso que has puesto en mi mano?
Se encoge de hombros.
—Mi regalo de cumpleaños atrasado.
Frunzo el ceño.
—Pero yo te aclare que no hacía falta que me...
—Ssh. —pone un dedo sobre mis labios. Suelta mi mano. —ya puedes verlo.
Llevo mi vista a mi mano y la abro lentamente. Mis ojos se abren con sorpresa al ver dos colgante unidos en una forma de corazón. Son como si por separo cada colgante solo fuera una pieza de puzzle, pero cuando los juntas se forma un corazón.
Miro a Sean sintiendo un nudo en mi garganta por la emoción. Pero me lo trago, no quiero llorar.
—Oh Sean, me encanta.
—¿Enserio?
—Pues claro.
Me lanzo a sus brazos como la dramática que soy y cuando siento sus brazos rodearme y apretarme contra su pecho, se me olvida eso de no llorar y empiezo a notar lágrimas de emoción caer por mis ojos.
—Muchas gracias. —digo llorando.
—Pero no llores, mujer. —Sean se burla de mi acariciándome el pelo.
Cuando me separo le doy un piquito en los labios y separo los colgantes.
—¿Me lo puedes poner, por favor? —le tiendo uno.
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Volveré a verte ✔️
RomanceTanto tiempo queriendo volver a verlo... y ahora solo deseo que se vaya. -Riley (...) Sean y Riley fueron mejores amigos desde que nacieron, literalmente. Ellos tuvieron que separarse hace muchos años por asuntos de la vida, pero ahora él ha vuel...