Capítulo 16

23 4 0
                                    

Estoy terminando de bajar las escaleras cuando veo a Hanna caminar en mi dirección con una sonrisa.

—Justo iba a buscarte. ¿Por qué has tardad...?

Para de hablar cuando llega donde estoy y ve mis mejillas mojadas por las lágrimas. Aspiro mi nariz.

—¿Qué pasa, Riley?

Niego con la cabeza y abro la boca para intentar pronunciar un "nada" pero el nudo de mi garganta me lo impide y empiezo a llorar de nuevo.

Hanna me abraza por la cintura y yo apoyo mi barbilla en su cabeza mientras lloro, ya que es más bajita que yo.

—¿Quieres contarme lo que ha pasado? —pregunta Hanna cuando nos separamos y yo niego con la cabeza.

Ella asiente comprensiva y engancha su brazo con el mío para empezar a andar hacia la sala donde están Leo y Sean. Me seco las lágrimas lo mejor que puedo y respiro profundo cuando al entrar en la sala Sean mira hacia atrás y me ve.

Me siento donde estaba antes y le presto atención a la peli por primera vez desde que hemos llegado.

Noto como Sean me mira de vez en cuando pero yo no le devuelvo la mirada por miedo a que note que he llorado. Igualmente cuando estemos en casa le contaré que he visto a Aitor y... Eso.

(...)

Me lavo la cara para eliminar el rastro de las lágrimas secas de mi cara. Llevo no sé cuanto tiempo llorando en el baño. Este último encuentro con Aitor me ha dejado un poco peor que el resto.

Por suerte el golpe que me dio no ha dejado marca, pero si dolor. Me duele como si me fuera a salir un moratón. Espero que no salga.

Suspiro y me seco la cara. Salgo del baño y veo que Sean está tumbado con los ojos cerrados, pero no sé si está dormido.

Por si acaso me meto en la cama con cuidado y me aguanto las ganas de abrazarlo por miedo a despertarlo, si es que está dormido.

No, no está dormido. Y lo compruebo cuando abre los ojos y me arrastra del bazo hasta tenerme pegada a su cuerpo. Cuando está cómodo cierra los ojos.

—Sean.

—¿Ujum?

—Hoy... En el cine, he visto a Aitor. —digo yendo directa al grano.

Sean abre los ojos al instante y me mira preocupado.

—¿Qué? ¿Por qué no me lo has dicho antes?

—Sean... No me riñas por favor. Te lo estoy diciendo ahora.

Asiente.

—Vale, lo siento. ¿Estas bien?

Asiento pero acabo negando con la cabeza. Sé que no voy a conseguir engañarlo.

—No, él... —respiro profundo. Me da mucho miedo como puede reaccionar Sean. —Sean, él me pegó.

Los ojos de Sean se agrandan y recorre mi cuerpo con su mirada.

—¿Qué? ¿Donde... Donde te ha golpeado? ¿Te duele? Dios mío, voy a matar a ese hijo de puta. Yo lo mato.

Se levanta y empieza a dar vueltas por la habitación con las manos cerradas en puños.

—Sean. —me levanto y voy hacia él, le agarro las manos y lo hago mirarme a los ojos. —Tranquilo. Solo me dio una bofetada.

—¿Solo? ¿Te parece poco?

Suspiro.

—Sean, tranquilízate por favor.

Volveré a verte ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora