Capítulo 19

4K 447 177
                                    

—¿Qué haremos hoy?

Luego del almuerzo, Kuroo y Kenma habían vuelto a encerrarse en el cuarto del menor. Mientras que Kenma estaba tirado en su cama jugando con su consola, Kuroo estaba sentado en su escritorio haciendo sus tareas. Había de todas las clases porque el teñido se retrasaba ya que, de vez en cuando, jugaba o se distraía mirando por la ventana. Kuroo lo sabía porque, cuando pasaba por su salón, usualmente se encontraba a Kenma así.

—No lo sé —Kenma suspiró—. ¿Tienes pensado algo?

—No —Kuroo se dio vuelta en la silla y miró a Kenma.

Una idea un poco suicida se pasó por su cabeza.

—Oye, Kenma...

Y Kuroo la pondría a prueba.

—¿Quieres... quieres hacer la tarea conmigo?

Kenma lo miró por detrás de la consola.

—Tendré que ir a buscar una silla —suspiró volviendo sus ojos al aparato.

—O tal vez no.

Los dedos de Kenma se detuvieron sobre la pantalla. Se había quedado congelado.

¿Kuroo, indirectamente, le estaba diciendo que utilizara sus piernas como silla o él estaba malentendiendo la situación? Kenma, observándolo por un costado de la consola, se encontró con sus ojos. Oh, los dos estaban pensando lo mismo y Kenma respondió a su pregunta con un sí. Eso es lo que quería y quería dárselo pero... ¿Qué tal si su madre los veía?

Observó en dirección a la puerta y luego bajó sus ojos hasta el seguro.

—Está bien —suspiró.

Kuroo sintió sus mejillas arder. Pensó que debía estar muy avergonzado, así que volvió a girarse y miró la tarea. Los números anotados y la corrección del profesor. Se concentró en la letra de Kenma mientras escuchaba el pestillo de la puerta ser girado. Solo nosotros dos, pensó. Nadie entraría, estarían ellos dos.
Suspiró. Debía calmarse un poco.

Cuando escuchó los pasos de Kenma más cerca, separó su cuerpo del escritorio y  esperó impaciente que el teñido se sentara sobre él. Esta vez se sentía diferente a la vez pasada. Quizás fue por el beso o porque lo vio solo en su camiseta hace unas horas atrás. Odiaba tener diecisiete años y también odiaba a las hormonas. Las culpaba por todo.

Cielos, ¿y recién solo llevaba una semana saliendo con  Kenma?

¿Cómo se supone que sobreviviría cuando salieran por tres meses?

Cuando sintió el cuerpo del menor sobre él, intentando actuar tranquilo, apoyó su mentón en su hombro y se acercaron al escritorio otra vez. Kenma observó curioso, descansando sus dedos en la orilla del mueble. A diferencia de Kuroo, él estaba un poco más tranquilo. Quizás porque se acordó que se sentó sobre él la vez pasada o porque era muy bueno disimulando.

—¿Quieres que te explique?

—Ese no fue el trato —arrugó su nariz.
Kuroo rio un poco, relajándose.

—Te pregunté si querías hacer la tarea conmigo.

—Me arrepiento. Me voy de aquí, prefiero mi-

Las palabras de Kenma quedaron en su boca cuando Kuroo no lo dejó levantarse. Pasó su brazo por la cintura de Kenma y negó.

—Tienes que hacer tu tarea en algún momento.

Kenma solo soltó una risita repentinamente nervioso. No podía decir nada. Recordó las diferentes reacciones de su cuerpo cuando estaba con Kuroo y esta era nueva. La manera en la que reaccionó tan rápido, obligándolo a quedarse sentado en él... Kenma suspiró y sacudió su cabeza. Afuera malos pensamientos sobre tu mejor amigo.

Just The Two Of Us | Kuroken Donde viven las historias. Descúbrelo ahora