Capitulo 17: Sentimientos Descontrolados

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N/A: Este es el ultimo capitulo, espero disfruten.

Las cosas parecían empeorar. La situación se había salido de control. Los gritos nefastos de los bandidos agitaban el aire a su alrededor.

No quería seguir peleando. No quería.

Todo el lugar se quedó en silencio. Ya había cerrado sus ojos, esperando el último golpe que la dejaría fuera de combate, así que tuvo que volver a abrirlos.

Unos pasos ajenos se sintieron dentro del cuadrilátero.

Alguien había entrado.

"¿O sea que me dejarás?"

Kuvira se quedó de piedra. Todos se quedaron de piedra.

No había escuchado su voz tan triste. Desolada. Tan rota en todo ese tiempo.

Baatar entró al ring. Al parecer él no estaría esa noche, por eso Kuvira había hablado tan tranquila sobre el fin de su matrimonio. Pero ahí estaba él, con su rostro pálido y las lágrimas a punto de salir de sus ojos. Ya no estaba tan serio y apacible como siempre. Estaba roto.

Era un perro desechado por su dueño.

Baatar Junior estaba realmente enamorado de Kuvira, lo podía saber por el brillo en sus ojos.

Lo sabía. Cuando la conoció, él estaba siempre a su lado, acompañándola. Incluso cuando ella peleaba, o hacía cualquier cosa, ahí estaba él, como su sombra. Sus ojos la miraban con amor y admiración. Pensaba, antes, que solo era un capricho masculino, pero ahora que recordaba los ojos de él, y recordaba sus mismos ojos cuando miraba a Asami, lograba descifrar lo importante que era Kuvira para él.

Pero Kuvira solo se amaba a sí misma. A sí misma y sus objetivos.

El coloso no tenía espacio para el amor.

"Baatar..."

"Dijiste que éramos un equipo, que esta unión sería nuestro comienzo, por eso nos uniríamos por la eternidad. ¡Te ayudé en todo, y prometiste que te casarías conmigo cuando la fábrica funcionara!"

"Y lo es, somos socios, este es nuestro objetivo. Nuestro futuro juntos."

Kuvira tenía miedo, su voz temblaba, aunque casi imperceptiblemente.

Lo entendía. Baatar la había ayudado mucho. Quitando quien sabe cuánto obstáculo para seguir haciendo de las suyas sin ser atrapada por la ley. Si Baatar no estaba contento, no estaba ligado a ella, él podría destruirla fácilmente. Podía ser una gran piedra en su camino. Su vida podía llegar a ser un caos sin él.

"No, este es tu objetivo. Pensé que realmente me amabas, pero al parecer todo lo que te importa es esto. ¡Fingiste en todo momento! Y dijiste aceptarme para que te ayudara..."

La mujer se quedó en silencio, mientras el chico se limpiaba los ojos con la manga de su camisa. Sus ojos se veían serios. Enojados. Derrotados.

No era la forma para enterarse de algo así. No había una buena forma para enterarse de algo así.

"Encubrí lo de Hiroshi por ti. Encubrí cada muerte que aquí ocurrió. Hice todo por ti ¿Y así me pagas? ¿¡A la primera duda me traicionas!?"

Estaba enojado. Sus gritos eran como los de un niño histérico. Triste. Desesperado. Sus lamentos desolados le partían el alma. Podía ser empática. De solo imaginarse esa situación, en sus propios pies, podría empezar a llorar. La traición siempre era difícil de superar.

El coloso estaba desorientado. Estaba entre la espada y la pared. Si intentaba ganarse a Baatar, perdería a sus peleadores, si intentaba ganarse a sus peleadores, perdería a Baatar.

Sato Fighters (Los luchadores de Sato)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora