Capitulo 5 : Verdad doble filo

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Rio para sí misma.

Asami Sato, heredera del fuego.

Eso sí era algo nuevo.

Flexionó una de sus piernas, dejándola adelante, y la otra la dejó estirada hacia atrás. Dejó una de sus manos cerca de su cintura y la otra frente a ella. Ahora iba a mostrarle algo de Taichí, heredado de su padre. Tomó aire. No había enfrentado a una chica hace mucho tiempo. Quizás desde el fatídico accidente con la novia de Zaheer. Frunció el ceño. No podía dejar de pensar en él. Negó con su cabeza. Tenía que sacar esas ideas.

A los Sato les gustaba disfrutar del espectáculo. No iba a dejarse caer tan pronto.

Empezó a moverse alrededor de la pelinegra. Lentamente. Esperando algún movimiento. Pero ella estaba ahí, inerte. Casi parecía que no la miraba, aunque lo hacía. Se acercó rápidamente, intentando golpear a la chica con su palma. Se tiró al suelo dando una voltereta, antes que una patada rápida, casi como un rayo, le volara parte del rostro. Se levantó de un salto. El puño de Asami casi le da en el centro de la cara, pero logró esquivarlo, así también otros siguientes. Cuando vio un punto ciego, llevó su palma hasta el estómago de la chica. Pero era mejor de lo que creía. Se vio en el suelo, mientras ella le agarraba un brazo y con su mano libre empujaba su hombro. Impidiendo que se levantara.

Fue una pelea tan rápida que ni su cerebro pudo imaginar cosas desastrosas.

"Eres buena. Mejor de lo que podía imaginar. Creo que de verdad te subestime."

"Es un honor viniendo del Avatar. "

Asami la ayudó a levantarse. No recordaba la última vez que terminara un round sin tener que salir corriendo. Se volvió a poner en posición. Ahora con la posición de los terrenales. Buen momento para poner en práctica lo aprendido.

"¿Otro round? Ahora no seré tan suave."

"Claro. Intenta cuanto quieras."

Esperó a que la pelinegra se posicionara. Fue la primera en intentar dar un golpe. Golpe, esquivaba, golpe, esquivaba. Debía admitir que Asami era muy rápida. Aprovechó que ella intentase dar una patada como la anterior, y le hizo un barrido, haciéndola caer. No reaccionó hasta que la chica soltó un quejido.

Se le quedó mirando unos segundos. Con miedo de como ella pudiese reaccionar. Ya se veía en la cárcel. Por un segundo dejó de verla como la heredera Sato y se relajó, sin pensar en las consecuencias.

"También eres buena."

Soltó una risa, aliviada. Era una buena contendiente sin duda. Le dio la mano, para ayudarla a levantarse, y esta, al tomarle la mano, la jaló para hacerle caer.

Soltó un bufido. Nuevamente estaba de cara en el suelo, como en su primer encuentro. Debía dejar de besar el suelo frente a esa chica.

"Pero eres ingenua."

"Es un honor viniendo de la señorita Sato."

La miró, fingiendo molestia, pero no pudo contener la risa. La chica solo la miraba con una sonrisa sutil.

"Te enseñaré lo que sé."

"... ¿Espera, qué?"

Dio un respingo. No pudo evitar sentir su rostro arder. ¿Por qué haría eso? Ni siquiera se conocían lo suficiente.

"Eso, te enseñare lo que sé de Kung fu. Imagino que es incómodo para ti pedírselo a Mako, pero no le digas sobre esto. Él no sabe que yo sé pelear."

Se le quedó mirando. No sabía si tenía el ceño muy fruncido o algo, pero la chica parecía algo confundida.

"¿Qué pasa? ¿No quieres?"

Sato Fighters (Los luchadores de Sato)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora