Capitulo 14: Dia y Noche

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Despertó radiante al otro día. Los pájaros cantaban. El sol brillaba con fuerza.

Su cuerpo se sentía más liviano. Se sentía unida con todas las partes de su cuerpo. Superar a Zaheer fue algo que necesitaba. Que estaba destruyéndola. Ahora estaba relajada. Tranquila. Estaba en paz al fin. No sentía temblores ni miedo.

Era libre.

Lo que más la motivaba era que Hiroshi estaba pensándose seriamente en integrarla a sus peleadores. El show que dio con Zaheer fue esplendido. Salió hasta en el periódico. Ambos quedaron agotados, pero fue una pelea justa. Él de verdad parecía haber cambiado para bien. Ya no tenía rencor, ni odio, parecía que había llegado a un punto espiritual muy poderoso.

Tenzin estaría orgulloso de tener un alumno así.

Al menos ella ya se sentía completa.

Sus mejillas se sonrojaron al pensar en Asami aquel día.

Su celular empezó a sonar justo en aquel momento, haciéndola dar un salto y botar algunas cosas en su camino apurado hasta el aparato. No sabía cómo seguía funcionando sin haberle dado la atención suficiente.

Era Asami.

Carraspeó un par de veces antes de contestar. Recordaba apenas aquella noche. Le ponía más nerviosa imaginar que la heredera la trajo a su casa después de la pelea. ¿Cuál era su condición en ese momento? ¿Habían hablado? ¿Habían comentado algo acerca de sus sentimientos?

"¿Asami?"

"Hola, ¿Cómo te sientes?"

Escuchar su voz solo hizo del día aún mejor.

"Bastante bien en realidad, solo adolorida del cuerpo, pero estoy prácticamente a la perfección."

"Me alegra oír eso, tienes muy buena regeneración. Hey, mi padre se quedará hasta tarde trabajando en un proyecto fuera de casa, ¿Por qué no vienes? Tengo una loción casera que te ayudará con los dolores, o puedo ir a tu casa si quieres."

Quiso reírse. No tenía mucho que ofrecerle en su casa. Mucho menos orden o comida.

"No te preocupes, me hará bien caminar y respirar aire puro, nos vemos allá."

"Nos vemos entonces."

Se quedó sonriéndole al teléfono. Últimamente pasaba mucho tiempo en la casa Sato. Era una mansión. Entendía que a veces la chica se sintiera incomoda estando tantas horas ahí sola.

Por su parte, estar ahí era mejor que en su pequeño departamento. Naga parecía haberse apropiado de todo lugar, de su cama, de su ducha, de su cocina.

"De acuerdo, Naga, cuando sea rica este lugar será tuyo."

La perra la miró y le ladró meneando la cola.

Se puso una sudadera sobre una camiseta y un pantalón cómodo. No era su idea ir corriendo hasta la casa, pero eso terminó haciendo. No podía controlar la ansiedad de verla. Sobre todo, luego de lo que había sucedido en la sede.

Solo quería besarla nuevamente.

Concentrarse solo en ella.

Fue recibida por la pelinegra en la entrada. Se le veía tan elegante como siempre. Ahora se veía mucho más hermosa. Debía ser por el simple hecho de ser consiente de los sentimientos que tenía por ella, y viceversa. Ya sentía el estomago revuelto.

"Llegaste rápido."

"Ya me conoces."

Se quedaron mirando unos segundos sin decir nada. Solo observándose. Sintió el aroma a comida. No recordaba haber comido nada. Asami le dio una mirada rápida y sonrió.

Sato Fighters (Los luchadores de Sato)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora