Mundos diferentes (RE 6) |Piers Nivans|

[06]

¿Nuevo hogar, amigos, vida? [parte 2]

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Las fiestas decembrinas ya estaban sobre nosotros y Chris no perdió el tiempo en organizar una pequeña cena con todo su equipo. No podía resistirme a ello, no tendría como regresar al departamento por mi cuenta, así que me dije que debía disfrutar de esto, sin preocuparme por lo demás, al menos hoy.

Pero no podía hacerlo tan fácilmente si considerábamos que estaba sentada en una mesa solitaria, observando al resto de compañeros festejar. No evité pensar en mi familia esa noche, en fechas como estas, todos reunidos y compartiendo el momento, aunque ya no era lo mismo tras dejar de ser una niña. Ahora solo me dedicaba a mirar a los alrededores y al igual que yo, Piers también estaba solitario en otra mesa. Chris estaba con Jill y otros hombres, supuse que era personas de un rango similar al de ellos o superior.

Sería una larga noche.

—¡Hey Brooke! Ven aquí —me llamó Andy que estaba sentado con Carl y Ben. No pude desperdiciar la oportunidad para allegarme más a ellos. Así que fui enseguida, de esa forma no estaría sola.

—Hola —los saludé al llegar con un choque de puños— ¿Qué hay que hacer? —tomé asiento con ellos.

—Tomate una cerveza con nosotros —sugirió Ben a mi lado— ¿O es que el capitán te lo prohíbe? —me miró retador.

Fue ahí donde pude escuchar a mi consciencia diciéndome que no lo hiciera y cometiera una idiotez. No tomaba o al menos solo toleraba una cerveza a o mucho, pero mi orgullo me decía que no debía permitir que me vieran como una mujer que no tomaba en serio los retos; después de todo me dije que solo tomaría una.

—¿Chris? —pregunté despreocupada—. Claro que no. Venga la cerveza.

Ben, sorprendido, me dio una cerveza y comenzamos a platicar sobre cosas sin sentido, de las misiones que habían hecho juntos antes de mi llegada y de las emociones que experimentaron en el campo de batalla.

El temor de ya no regresar. Eso era lo que más miedo me provocaba de solo pensar demasiado, de no saber si podría salir de este mundo y ver a mis padres de nuevo. Eso, me ponía a pensar todas las noches.

—¡Hey, capitán! —gritó Carl sacándome de mis pensamientos— ¿No quiere sentarse con nosotros? —preguntó amablemente, aunque era notorio que la bebida ya comenzaba a surtir efecto en él.

Redfield nos miró y fue entonces que me vio con la cerveza en mano y negó con la cabeza riendo. Ya no estaba con el resto de sus compañeros, lo que le permitió acercarse a nosotros tomando una cerveza también. Poco a poco el resto de personas comenzaban a irse, dejando nuestro pequeño grupo.

—¡Hey, Piers! —lo llamó Andy—. Acércate.

Miré de reojo a mi compañero una vez más por esa noche acercándose con su cerveza en mano, donde para mi suerte o desgracia se sentó a mi lado. Podría decirse que estaba en medio de Chris y de Piers, sin poder imaginarme que un día tendría a dos hombres como ellos a cada lado. Llegué a pensar que los hombres eran mejores amigos que algunas mujeres.

—Cuéntanos de ti, Brooke —pidió Ben tomando de su cerveza—. No sabemos más de ti desde que llegaste.

Le dediqué una mirada a Chris, dudosa de revelar a mi yo dentro de este mundo y él me hizo una señal, dándome a entender que nadie me juzgaría si les contaba sobre mí.

—En realidad... ni yo sé nada de mí —confesé apenada.

—¿Qué? —Andy y Ben se sorprendieron— ¿Cómo es que no recuerdas nada de ti? —continuó el castaño.