Mundos diferentes (RE 6) |Piers Nivans|

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¿Dónde está Chris?

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Podría decir que era tonto y estúpido. Pero los recuerdos con Chris llegaban a mi cabeza, y quizás mis sueños, de cada momento que había pasado con él desde que había llegado a este mundo.

Su voz preguntando mi nombre resonaba con gran nitidez y podría jurar que revivía el momento desde otra perspectiva, sintiendo la calidez que ese hombre emanaba cuando decidió darme una mano amiga a pesar de no saber nada de mí. Yo estaba en el parque de Nueva York, asustada por no saber qué era lo que pasaba y mucho menos dónde me encontraba. Recibía las miradas extrañadas y escrutadoras de las personas que pasaban a mi alrededor hasta que la calidez de su chaqueta me envolvió.

Aquella vez en que miré por primera vez la bella vista que otorgaba el balcón de la habitación que me dejó elegir; el viento fresco me envolvía y golpeaba suavemente mi cara, dándome la calma que necesitaba luego de saber que estaba en otra realidad, sola. Su voz nuevamente se escuchó en todo el lugar, preguntando que tanto hacía en aquel balcón y en medio del frío. Esa noche, fue la primera vez en su departamento.

—Serás un buen elemento y eso lo lograrás con entrenamiento —recuerdo que me dijo eso cuando fui por primera vez a los entrenamientos de la BSAA y a mi lado estaba Jill. Él tenía una sonrisa de lado y me miraba con orgullo. Se había burlado de las chicas que realizarían la prueba de admisión al igual que yo. Me preparaba para entrar a la BSAA.

Mis días comenzaban a volverse tristes, el extrañar a mi familia y no verla me ponía en ese estado. Me sentía sola, pero Chris se encargó de hacerme sentir parte de ellos, parte de la BSAA gracias a la placa que me regaló en mi primera navidad lejos de mi familia. Él se encargó de no dejarme sola...

Era mi primer cumpleaños sola y él, a pesar de tener trabajo en la central, se tomó el tiempo para organizarme una pequeña fiesta con los chicos y las chicas. Él tuvo la idea de mandar a Piers por mi...

—No puedo. No puedo hacerlo —susurré con temor al estar en mi primera misión. Me asustaba el hecho de salir herida o incluso infectada con algún virus y él me alentó a seguir la misión con seguridad. Y tal como lo dijo, cubría mi espalda.

Desde ese momento supe que también lo haría...

Pero había fallado.

—Brooke, tranquila —habló Finn una vez más a mi lado.

Desperté de golpe queriendo salir de aquella pesadilla llena de recuerdos que me llenaban de impotencia y tristeza por saber la situación. Y una vez más fui terca al ponerme de pie a pesar de sus peticiones por mantenerme en reposo y lo obligué a ayudarme para llegar a la que antes era la habitación de Redfield.

—Brooke... —me llamó dudoso— debes tener cuidado, esa herida puede abrirse de nuevo.

Sabía que se preocupaba por mí, que me apoyaba en la idea de buscar a Chris, pero él se mantenía fiel a las órdenes que recibía, no como yo, que una vez más estaba decidida a enfrentar el insoportable dolor que me invadía nuevamente. No me sentí mal por ignorarlo, mi prioridad era Chris, se suponía que nada de eso debería ocurrir ¿O sí? No estaba segura. Pero había evitado que mis compañeros murieran, aunque no que el Napad lo golpeara de una forma tan brutal que no recordaba ¿Habría perdido la memoria como en la historia del juego?

Continúe caminando por los pasillos del hospital y llegué la habitación de mi capitán, ahí pude ver a Piers hablando con un médico. Se veía preocupado y molesto lo que me indicaba que aún no tenían noticias de él—. Chris... —susurré al ver que no se encontraba en su camilla— ¿Dónde está Chris? —abrí la puerta con torpeza, alejándome de Finn para sostenerme de ella.