The Dreamer

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- ¡Lise! ¿Cuánto más debo esperarte? ¡No quiero llegar tarde a mi primer día! - Agnès gritaba hacia el interior del inmueble desde el umbral de la puerta, su pierna se movía frenética presa de los nervios por el retraso que no tenía presupuestado

- ¡ya voy! ¡Lo siento! - la voz de la rubia comenzó a cobrar fuerza a medida que se acercaba a la puerta - lo siento, el niño despertó y comenzó a llorar y Katerina desespera, creo que ya perdió la costumbre de maternar considerando que su hijo ya sobrepasó con creces la veintena.

Se unió a Agnès y caminaron a paso rápido entre las ajetreadas calles del puerto. Desde que Einar fue a la guerra, su esposa Lise recibe ayuda monetaria del gobierno, pero al tener el gran deseo de no perder su autonomía se vio en la urgencia de buscar un trabajo, la guerra que iba a durar tan solo un par de meses llevaba ya seis y sin luces de amainar, por lo que el estado comenzó con las madrinas de soldados tal como los soldados franceses anteriormente, las madrinas reciben correspondencia de soldados quienes no tienen familia, o la cual está muy al interior de la ciudad y las cartas no logran llegar dado que el ferrocarril aún no está habilitado para nada más que el tránsito de civiles, así como hay otros que buscan entablar una relación significativa, sin importar la índole, pero que los motive a subsistir el caos con la promesa de tener algo aguardando por ellos.

"Las madrinas responden varias cartas al día con seudónimos diferentes, deben darles a los soldados el confort y aliento que necesitan, no importa si dicen querer ser sus enamoradas cuando no pretenden serlo, aquel con el corazón roto puede vivir, en cambio la desesperanza en el campo de batalla es mortal, por eso es importante que su identidad real no sea revelada y sólo manejen seudónimos, a menos que su intención sea establecer una relación real con aquel hombre"

Esa fue parte de las instrucciones que recibió Agnès en su entrevista de trabajo. Agnès era la hermana adoptiva de Einar, fue criada por George y Katerina Duval, desde la tierna edad de nueve años luego de que la guerra anterior cobrara la vida de sus padres que eran provenientes de Francia, cuando el doctor George murió, ambos, Agnès y Einar tenían 18 años, con el fin de ayudar a Katerina quien se vio en la obligación de dejar las labores del hogar y buscar trabajos para mantener a sus hijos, Agnès ayudaba en labores como remendar y bordar, habilidad que heredó de su madre, hacer mandados y labores de limpieza en casas de familias acomodadas, Einar por su parte tomó el que solía ser el mejor camino para un joven sano y valiente, se enlistó en el ejército logrando así ayudar a su madre y hermana, ante los rumores de disputas con Gran Bretaña que pronto crecieron en la posibilidad de una nueva guerra, las casas de familias adineradas decidieron migrar de la abierta zona portuaria de Cork a la seguridad que podían proveer los terrenos amurallados del interior, perdiendo esa fuente laboral, por lo que la ayuda de Einar fue vital. Einar conoció a Lise en ese período, era la hija de una sirvienta en una de esas casas a las que solían ir a prestar servicios, luego ambos ante la incertidumbre de la seguridad futura, decidieron no esperar y casarse, formando una familia que pronto sumaría un miembro al año de matrimonio. Así entonces Agnès tomó un trabajo como el que tuvo en sus inicios Katerina, trabajaba de mesera en una taberna cerca del puerto lo que le permitía vivir sin excesos, pero de forma decente.

(Flashback)

El ambiente de una taberna de marineros podría no ser el mejor lugar para una atractiva joven en sus veinte, sin embargo, Agnès disfrutaba ese trabajo, hubo solo una ocasión en que uno de los hombres faltó el respeto a la chica, pero ella sin ayuda hizo valer sus derechos demostrando que no sólo podía servir comida y cerveza, también podía golpear como uno de ellos, nunca más nadie se atrevió a propasarse con la "belleza salvaje" como la bautizaron. Ella disfrutaba mucho su trabajo, principalmente porque adoraba oír las historias de los marinos, sus mitos y leyendas, aquellos amores de desgarradoras despedidas y prometedores retornos, porque si había algo en ese corazón oculto en su mirada severa, era romance, por lo que Agnès esperaba que el dinero alcanzara para vivir y darse un sólo lujo, leer, en el pueblo tan pequeño y sin embargo, tan concurrido, no le daba la emoción suficiente que su vida necesitaba, soñaba con cruzar el mar y conocer un amor que encendiera su corazón, es por eso que llenaba su alma de los más dulces poemas y las dramáticas novelas de amor. Hans era un Soldado que conocía a los Duval desde sus inicios, cuando sólo eran Katerina y George, él trabajó mucho tiempo en misiones fronterizas, utilizaba esos viajes para traer libros para Agnès, fue como se enamoró del romance, luego cuando la unidad naval comenzó a cobrar fuerza Hans se enlistó ahí, trayendo con él libros desde el mundo directo a sus soñadoras manos, incluso algunos en idiomas que no entendía, pero que eran hermosos. Fue así como ella misma comenzó a crear sus propias historias y poemas, de lo que su corazón devoraba en los libros y relatos de marinos, a veces al salir de la taberna iba al muelle y se sentaba a leer o escribir por horas, otras en la ribera del mar.

Canto de SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora