- está todo listo para partir mañana la misión - Edvar concluía en su reunión donde sólo quedaba él e Dietrich
- perfecto, brillante como siempre capitán, con ese plan que armó es imposible que no recuperemos la Bahía - Dietrich felicitó al azabache por el plan que prometía ser exitoso en la defensa del país, el capitán asintió cordialmente sin sorpresa ante lo evidente
- bien, me iré a mi habitación, merezco un jodido descanso - Edvar se puso de pie y se detuvo antes de abrir la puerta dada una intervención del comandante
- ¡Edvar! recuerda que hoy tocará una banda y habrá un festín, ya sabes, para animar a los soldados, "El Titan" debiese llegar al ocaso con los músicos
- Qué desperdicio de horas de descanso y dinero, pero tú eres el comandante
- ¡ah, y Edvar! Tienes correspondencia - Dietrich arqueó una de sus acentuadas cejas para mirar con un dejo de malicia al azabache, le extendió una carta sobre la mesa -
- es para que dejes de joderme metiéndote en mis asuntos
Edvar tomó la carta ocultando la inesperada sorpresa ante esta respuesta, en realidad él tampoco esperaba una, incluso había olvidado el asunto, el rubio rió satisfecho creyendo que todo iba perfecto con su plan, Edvar la tomó molesto y se dirigió a su habitación, esta vez no esperó para leerla, debía admitir que le comía la duda de lo que una mujer podría posiblemente haberle respondido a su desagradable comunicado, la abrió y desplegó la hoja
"Edvar:
Debo agradecerle por una nueva experiencia, nadie a kilómetros de distancia y sin siquiera conocerme se había referido a mi persona como falsa y mentirosa con tanta liviandad, lo que me hace agradecer profundamente dejar de intercambiar letras pues, es algo que disfruto y no quisiera arruinarlo al hacerlo con un ser tan desagradable y egocéntrico como usted, sepa que su rango me tiene sin asombro más su conducta tan vulgar y mal agradecida me ha dejado perpleja, ahora entiendo por qué nadie espera por usted ¿Quién podría desear tal infortunio?.
Para su información lo que comenté sobre mi vida es cierto, mi nombre por otro lado es un seudónimo por política de la empresa, si tiene dudas le invito a investigar con mi nombre real.
Adiós
Agnès Lund."
El azabache quedó de una pieza, confundido hasta la médula pues debía reconocer cuan fascinante le parecía la entereza y determinación en la actitud de la joven desconocida, no sólo para responder ante sus desagradables palabras sino, además, ponerlo en su lugar sin miedo alguno, sin duda esa mujer era un caso especial, uno lo suficientemente interesante como para responder una vez más, era un hombre de carácter que no aceptaría perder el don de la última palabra
- Agnès Lund
Murmuró para sí mismo, por supuesto que iba a preguntar si alguien sabía de ella, claro que no podía indagar sobre su vida pero al menos en la lista del registro civil debía estar su nombre y eso sería suficiente, con la certeza con la que salió a la luz no debía ser falso, debía estar segura al exponerse de esa forma, una joven que atiende una taberna y se desenvuelve con marinos boca floja sonaba algo muy real viendo su atrevida actitud, sonrió ligeramente sin notar la extraña satisfacción que le significó encontrarse con una persona símil a él, se reclinó en su silla mirando detenidamente la hermosa caligrafía usada para insultarlo tan delicadamente, iba a responder, claro que ahora iba a responder.
- ¿dónde estuviste anoche? - Dénes preguntó despertando en el sillón con el sonido de Agnès tomando su café matutino, no respondió, estaba muy dolida para hacerlo, ante el silencio el castaño volvió a preguntar, abriendo ambos ojos y ocultando su boca tras una mano como si eso evitara la propagación de su hálito alcohólico - ¿dónde fuiste ayer? salías temprano del trabajo y yo llegué y no estabas aquí
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Canto de Sirena
Romance- Las madrinas de soldados fueron creadas en la primera guerra mundial en Francia, eran mujeres que se escribían con soldados que no podían contactar a sus familiares o que no tenían familia, con el fin de darles ánimo y ayudarlos a enfrentar las in...