- ¿Edvar? - Golpean la puerta
- adelante
- tienes correspondencia - Dice el ojizarco entregándole un sobre
- ¿Qué mierda pasó ahora? - Edvar la toma exhalando con desagrado
- nada - ríe el hombre
- ¿Cómo que nada? ¡estamos en plena guerra! las malditas cartas siempre traen noticias jodidas porque hasta donde yo sé, nadie ha declarado paz - gruñó viendo el sobre - ¿Quién mierda es Dahlia Lenoir?
- es una madrina de soldados, quiere intercambiar cartas contigo - dijo conteniendo la risa ante la avalancha de ira que se avecinaba luego de esa frase
- ¿Una qué? tengo entendido que hay que enviar una carta para que comiencen en su intercambio de mentiras, y hasta donde yo sé, no he enviado una mierda - el azabache lanza la carta con fuerza sobre su escritorio
- sí, bueno, verás, yo envié una por ti - El superior volvió a tomar la carta en sus manos para acercársela al molesto capitán
- ¿¡estás jugando conmigo Schültz!? - Exclamó molesto
- vamos Edvar, tu madre está muy al interior para recibir tus cartas, esta guerra se ha prolongado demasiado tiempo, creo que necesitas...ya sabes, hablar con alguien, el porcentaje de soldados que regresa de la guerra es mayor gracias a las madrinas ¿sabes? - Dietrich volvió a ofrecerle el sobre
- yo me mantengo en pie sin necesidad de que me mienta una mujer que no le importo a kilómetros de aquí, si esa es tu preocupación entonces tú responde su carta - Edvar se dejó caer con fuerza en su silla frente al escritorio
- ¡Oh, vamos! no tiene por qué mentir, no es una prostituta, puedes solamente hablar con ella, saber cómo está todo allá, es sólo para que hagas algo más que esperar cartas con tragedias - El superior Schültz dejó con calma nuevamente la carta sobre el escritorio del irascible capitán y comenzó a retirarse - además, si no respondes voy a hacerlo a tu nombre
- ¡lo único que me faltaba!, jugar a las cartas como los adolescentes.
Edvar observó la carta sobre su escritorio, volvió a leer el nombre, la caligrafía era hermosa debía reconocerlo, aun así, se negó a resolver eso en ese momento y posiblemente en el futuro, podría decirle a Dietrich que respondió y simplemente no hacerlo, salió por un poco de té y tratar de descansar un poco antes de volver a la línea de fuego.
(flashback)
Después de aquella velada en su casa, Dénes se sintió más confiado para intercambiar más palabras con Agnès cuando la veía en la taberna, ya sabía que no tenía novio ni alguien que estuviera formalmente cortejándola, por lo que se determinó a hacerlo a pesar de la constante negativa por parte de la pelirroja.
- Agnes ¿y has visto a Dénes? ¡Qué joven más agradable! - Katerina remendaba unas prendas junto a la chica
- sí, va todos los días a la taberna - Agnès comentó en tono poco interesado
- debe ser porque no se rinde contigo - Katerina lanzó con tono jocoso
- ¿Qué? ¿Dénes? ¿el nuevo casanova y yo? ¡por favor! - dijo arrugando la nariz con rechazo
- pero ¿cuál es el problema Agnès?, además ya tienes edad de que te cases, Einar va a hacerlo, tú también deberías comenzar a pensar en tener una familia
- no sabía que había una edad para casarse, aun así, no es Dénes el indicado
- ¿no? ¿por qué no?
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Canto de Sirena
Romance- Las madrinas de soldados fueron creadas en la primera guerra mundial en Francia, eran mujeres que se escribían con soldados que no podían contactar a sus familiares o que no tenían familia, con el fin de darles ánimo y ayudarlos a enfrentar las in...