in love with you › chanlix

cuarenta y cuatro.

Cuando pensaron que la persona que más lloraría al saber de su embarazo sería MiRae, termino siendo todo lo contrario, al que no podían controlar, era a KyuBok.

El alfa estaba en un mar de llanto, acurrucando a su cachorrito entre sus brazos mientras sobaba su vientre, diciéndole cosas bonitas y que se esforzará para ser el mejor abuelo del mundo.

MiRae estaba encantada, no paraba de felicitar a la pareja, decía que su pequeño nieto sería el más consentido del mundo y el más amado también.

— Es, es, es que yo todavía no creo que mi cachorro vaya a tener su propio cachorro — dijo KyuBok, quien tomaba un vaso de agua para controlar su llanto, Felix estaba a su lado con sus ojitos cristalinos.

— Siempre haz sido un llorón — se burlo MiRae con una sonrisa risueña.

— ¿Dónde está SunHo? — cuestiono HyunJin, quien estaba sentado con su alfa.

— En el viñedo — respondió MiRae — fue a buscar un vino para traérselos a ustedes — dijo alegre; el alfa con quien estaba era un alfa risueño, muy extrovertido, era alemán, sus cabellos eran rubios, su tez clara, sus ojos azules oscuros y un cuerpo corpulento, y estaba enamorado de MiRae.

— ¿Por que no pasas aquí todo tu embarazo cachorro?, el ambiente es tranquilo, es genial para que mi nieto crezca — opino KyuBok.

— Pero tengo mi pastelería papá, Chan su empresa, no podemos abandonar todo y venirnos aquí — dijo Felix — aparte, quiero estar todo el tiempo que pueda en mi negocio, después de que nazca mi bebé me saldré un tiempo.

— ¿Tu que opinas Chan? — cuestiono MiRae.

— Haremos lo que Felix dice mamá, si el quiere seguir trabajando que lo haga, yo no lo voy a detener — dijo Chan.

— Cuando cumpla los siete meses, yo me puedo encargar del lugar, para descanses Boo y no te agites de más — dijo SeungMin.

— Igual tu hermano, los últimos meses disfrútalos más con Felix, también debes ayudarlo después de que nazca el bebé— agregó HyunJin.

—¿Y su boda? — cuestiono Chan.

— Será algo sencillo, sabes que no nos gusta lo extravagante — agregó SeungMin.

— Yo ya quiero ver a mi Hyunnie casándose con HyunJin — dijo Felix muy alegre, pero de repente un aroma muy delicioso llegó acariciar su olfato — Uh, quiero fresas.

— ¿Quieres fresas? — cuestionaron todos al unísono.

— Si, quiero fresas, uh, ¿No huelen eso?, ahg que delicioso, alfa, vamos por fresas, por favorcito — pidió Felix con un puchero.

Chan no le podía negar nada a su pequeño esposo.

— Si amor, vamos — indico el — los vemos más tarde, iré con Felix a buscar sus fresas, pueden ir a la cabaña chicos, o pueden dar un paseo, hay muchas cosas que hacer aquí.

— Obvio que no me voy a quedar aquí querido, es mi primera vez en Suiza y quiero conocer cada rincón — dijo SeungMin — ¿Vamos alfa? — cuestiono hacia HyunJin.

— Claro que si bonito, nos vemos más tarde familia — dijo HyunJin, tomando de la mano su prometido.

— Los espero para cenar, SunHo estará feliz de verlos — dijo MiRae.

— ¿Puedo ir contigo hijo? — cuestiono KyuBok hacia Felix.

— Claro que si papá, ven, vamos — dijo Felix, tomando el brazo de su padre para caminar junto a el, Chan iba detrás de ellos.

— Tu dulce aroma me recuerda a cuando tu madre estaba embarazada de ti — recordó nostálgico, sonrió bajo — tienes el mismo aroma a ella Felix, tan suave y delicado, es imposible no olvidarla.

Después de tantos años desde la última decepción que tuvo, el alfa había decidido estar solo hasta el último de sus días, amándo y honrando el recuerdo de su bella omega.

Guardando ese amor acumulado en su corazón, para ahora entregárselo por completo a su amado nieto, el cachorrito que Felix cargaba en su vientre, un pequeño que apenas crecía y estaba rodeado de todo el amor posible que pudiera uno darle.

— ¿Cómo crees que mamá hubiera reaccionado a mi embarazo? — cuestiono Felix.

— Ay hijo, tu madre hubiera estado quizás el doble de feliz que yo — respondió con felicidad en sus palabras.

Felix sonrió, mientras llegaban a las tiendas rusticas donde estaban las fresas.

Quizás en otra vida el hubiera podido tener a su madre, haberla disfrutado y que no fueran solo recuerdos de su padre mantenerla siempre presente en su memoria.

Felix estaba seguro que en alguna de las estrellas que pintaban en el cielo, ahí estaba ella, sonriendo.                                

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