Novia

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'Fue un mal sueño, nada más Martina, solo eso' se autoengañaba mientras caminaba a paso lento a su trabajo, sabía perfectamente que lo que pasó no fue un sueño sino su triste y amarga realidad que ahora le tenía el destino ¿Cómo fue que pasó tan rápido? Cretino era lo que único que venía a su mente si le decían el nombre 'Jorge' Pensó en hacerle la vida imposible como jefe pero ¿Y si no le pagaba su sueldo a costa de eso? No se arriesgaría tanto, tenía cuentas que pagar y no eran solo unos cuantos dólares, una brisa fría golpeo su mejilla al estar a una cuadra de su calabozo suspiró tratando de calmar su rabia y pasó la esquina del semáforo, una idea psicópata atravesó su cabeza ¿Y si lo convertía en un maniquí para su nueva colección de ropa para hombre? Rió ante su tonta idea, pero tampoco era mala. Olvidando por un momento que ahora su nuevo 'jefe' era un ogro disfrazado de príncipe, con una sonrisa entró a la tienda que al verlo desapareció reemplazado por una mueca que a él no le pareció.

- Llegas tarde.

- Llegue a la misma hora de siempre.

- Pues ahora no, ahora llegarás más temprano.

- No lo haré

- No me repliques.

- No me busques — le dijo sin mirarlo pasando de largo a la bodega para dejar sus pertenencias y volver a trabajar para tener que soportar a la persona más detestable de este mundo dándole órdenes, volvió a su lugar y vio a Jorge hablar con una rubia teñida, su sangre hervía de la rabia ¿Celos? ¡Claro que no! Es solo que...... mientras ella trabaja él esta coqueteando, eso es, nada de celos ¿Celos por él? ¡Ja! Brincos diera. Jorge y la rubia operada estaban muy cerca ¿La iba a besar? Mientras ella fingía que sacaba cuentas y hacía presupuestos miraba de reojo la escena de ellos juntos, la rubia le acomodaba el cuello mientras se acercaba y le susurraba asquerosamente en el oído y él solo la dejaba, su vista se desvió a un hombre que iba entrando, sus ojos se iluminaron al verlo y se puso nerviosa cuando el chico la miro fijamente a los ojos y le sonrió ¡Sonrisa perfecta! Tenía el cabello negro y sus ojos eran profundamente azules.


- Disculpa me dijeron que había llegado la nueva línea de ropa para hombres ¿Es cierto? — Por un segundo dejo de prestar atención y trato de grabar su voz varonil en su mente, reaccionó dejando de actuar como una adolescente y se concentró en responderle.


- Lo siento pero la línea sale la semana que viene — le dolió el decirle eso, vio como resoplaba y se pasaba las manos por su — según ella — hermoso rostro - ¿Te puedo ayudar en algo? — le pregunto ella al verlo preocupado.


- Sí, no, no lo sé — le pareció tierno el dudar ¡Parecía una adolescente!


- ¿Entonces? — pregunto ella al ver la confundida situación, él rió ante su pregunta.


- Es que soy editor de una revista y necesito un vestuario para hombres que no se haya visto en otro lado y por lo tanto necesito una línea nueva, entonces me dijeron que en esta tienda saldría hoy una línea ¿Me equivoco?


- Solo un poco, sí saldrá una línea nueva pero por detalles saldrá la semana que viene.


- ¿Detalles? — Pregunto él — Eres Martina Stoessel he oído de ti — Parecía una niña por dentro ¡Sabía su nombre! Y mejor aún ¡Había escuchado de ella! — Siempre dices que te faltan detalles pero tus colecciones no pueden ser más completas.


- Gracias — sonrió ella tímida.


- Soy Pablo Espinosa — se presentó tendiendo su mano y con su sonrisa de comercial que tanto resaltaba en él.


- Martina Stoessel


- Tengo un trato para ti.


-Dime — atendió ella.


- Tú me vendes dos vestimentas de tu nueva línea sin haber salido oficialmente y como aparecerá en la revista te daré todos los créditos en letras grandes ¿Qué te parece?


- ¿Enserio? — ella no lo podía creer, lo analizó bien no tenía nada que perder, al contrario, mucho que ganar, su nombre se haría más famoso y su carrera despegaría como diseñadora de de modas.


- ¿Es un trato? — pregunto tendiéndole la mano, ella gustosa la aceptó, disfrutando de su piel, aunque sea por un apretón de manos.


- ¿Quieres escoger cual de los modelos te llevarás? — pregunto Martina.


- Si no es molestia — dijo él sonriendo, iban a dar el primer paso a la bodega pero esa voz que hacía que sus oídos sangren se acercó a ellos.


- ¿A dónde lo llevas Martina? — preguntó Jorge.


- Va a ver unos diseños de la línea — respondió rodándole los ojos.


- Martina sabes perfectamente que nadie desconocido puede entrar allí.


- Martina si tienes problema.... — groseramente fue interrumpido por el ogro de Jorge


- Sí tiene problema.


- ¿Disculpe? Le hablé a la señorita, no a usted, le pido por favor que no se entrometa en este asunto — ¡Toma Blanco! Al fin alguien te puso en tu lugar ¡Cretino! Martina reía en su interior mientras por fuera también se burlaba de él en su cara pero con cuidado de que Pablo no se diera cuenta.


- Lo hago porque la señorita es mi novia y todo lo que tenga que ver con ella también tendrá que ver conmigo - Martina abrió los ojos desmesuradamente sorprendida por esa mentira despiadada, lo asesino con la mirada mientras él sonreía sin pudor y sin importarle la vergüenza que ella pasa frente a Pablo al decirle semejante mentira.


- Y si lo es ¿Por qué coqueteaba tan descaradamente con la rubia de allá? ¿Su novia no merece respeto? — Jorge se enfureció al no tener salida ante esa objeción mientras Pablo sonreía y Martina enarcaba una ceja con una mirada seria.

¿El Orgullo O El Amor? (Jortini) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora