No Me Vuelvas A Besar

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Definitivamente Pablo era su héroe, Jorge soltó a Violetta bruscamente mientras asesinaba -con la mirada- a Pablo.


- ¿Quién te llamo Espinosa? - aludió irónico Jorge llamándolo retóricamente por su apellido, Pablo afino la vista, declarándole la guerra.


- Eso no se pregunta, vine a ver a la persona que será mi futura novia. Ella me llamo para venir a verla - soltó Pablo, haciendo que Jorge apretara su mandíbula, pero luego se relajó al recordar que ella no lo pudo llamar por la simple y sencilla razón de que él, tenía su teléfono.


- No le pregunte a qué vino por lo tanto no me interesa, solo quiero que ésta mujer acepte su error, pague lo que se robó y aquí termina la historia.


- ¿Lo que se robó? - Pablo le dirigió una mirada desaprobatoria a Martina, ella se mordía el labio inferior por nerviosismo,Pablo prácticamente tenía el futuro de su carrera en sus manos y por lo tanto una noticia como ésta no le haría gracia.


- Él piensa que yo me robe una blusa costosa de aquí de la tienda - susurró cabizbaja, ya estaba lo suficientemente humillada como para aguantar las miradas de desprecios de Pablo que seguramente le daría.


- No es que piense, es que en realidad lo hiciste.


- ¿Usted la vio o tiene pruebas?


- No la vi pero ¿Qué más pruebas que encontrando dicha blusa en su bolso? - el muy imbécil no le basto con todo lo que estaba pasando además quería mal imponerla delante de Pablo acabando con la pequeña esperanza que había en ella de surgir como diseñadora de modas, ese sueño quedo frustrado gracias a la bondad de Blanco, y más sarcasmo en esa oración no pudo haber.


- ¿Por qué no revisan cámaras de seguridad? - Martina sintió un vuelco enorme en su corazón, miro a Pablo esperanzada, ese hombre era, sin dudar, un ángel, Jorge solo frunció el seño y se dirigió a la computadora donde quedaba grabado las imágenes de un día entero en las cámaras de seguridad, adelantó la hora hasta cinco minutos antes de que Carly anunció que habían robado aquella dichosa blusa. En el monitor aparecía cómo Carly quitaba la blusa de un maniquí y la metía dentro del bolso de Martina, y luego quitaba la camisa de otro maniquí y la metía en su bolso, escondiéndolo detrás de un estante de diseños, en ese momento salió Carly de la bodega.


- Cariño ¿Qué pas...? - Todos la miraban furiosos - Oh, oh - dijo en tono de problema cuando supo que la pillaron in fraganti, Jorge solo miro Martina, ella lo miro decepcionada y salió corriendo de la tienda con una tormenta poderosa que hacía temblar a medio mundo, Jorge sintió que una sombría soledad lo embargó cuando Martina lo miro de esa manera, sintió que caía a un vacío y no sabía por qué.


- ¡Paige! - Gritó a una de las empleadas, ella enseguida vino - Quedas a cargo de la tienda junto con Caitlin. Llama a la policía.


- ¿Por qué? - pregunto asustada.


- Yo te explico - dijo una voz detrás de Jorge, por un segundo olvido que él aún estaba aquí, Paige sonrió y se dirigió a abrazarlo al parecer se conocían, Jorge tomo su chaqueta y salió corriendo a donde sea que haya ido Martina.



- ¡Martina! - llamó al verla sentada sobre la raíz de un árbol, ella aún no lo escuchaba por la fuerte lluvia pero a él se le partió el corazón el verla llorar aún sobre las gotas de lluvias que caían en su rostro, se limpiaba con la manga de su blusa, a pesar de la lluvia él podía distinguir sus ojos rojos llenos de dolor y rabia, él se acercó a ella, se agachó a su altura y la abrazó encerrándola en todo su cuerpo, ella respingo del susto, pero al tocarlo, oler su perfume y sentir su cuerpo supo que era él, lloró aún con más intensidad, mientras él le acariciaba el cabello que caía sobre sus hombros, ella, al caer en cuenta que era él, trato de separarse pero él no se lo permitía.


- Suéltame, por favor - susurró con su voz áspera, él la soltó lentamente pero sin separarse, ella frunció el seño al notar unas lágrimas rondar por la mejilla de él ¿Estaba llorando? ¡Imposible! La rabia la hizo ciega y comenzó a reír amargamente en tanto él fruncía el seño confundido por su repentina acción, se separo de él bruscamente y empezó a aplaudir - ¡Bravo! Excelente acto Blanco, deberías ser actor ¿Eh? - exclamo ella irónica pero sobre todo dolida, Jorge entendió.


- ¿De qué hablas? - pregunto él, ella rió sonoramente.


- No te hagas el imbécil que no te queda. Tú hiciste todo este teatro para echarme ¡Me humillaste en frente de todos! Sobre todo enfrente de la plástica operada esa ¡Tú tienes la culpa de todas mis desgracias! Desde que llegaste.... - Jorge no la dejo terminar, la tomo por el cuello y la beso olvidándose de lo demás, olvidándose que ellos se odiaban, olvidándose de la lluvia fuerte que caía, olvidándose por un momento que tal vez se odiaba, sino todo lo contrario. Ella al principio se resistió, tratando de separarlo golpeando su pecho pero se dio cuenta de que eso era justo lo que necesitaba para aliviarle, a pesar de que él mismo era el provocador de esas lágrimas. Ella se separó bruscamente de él, nuevamente, y le dio una bofetada tan fuerte que su mano quedo con un pequeño hormigueo.


- No me vuelvas a besar - soltó para salir corriendo y perderse entre las gotas de lluvias, dejándolo ahí, simplemente parado preguntándose el por qué la había seguido, abrazado y besado, sabiendo perfectamente por qué lo hizo y la respuesta que tenía su corazón a esa pregunta no le agradaba en lo absoluto.

¿El Orgullo O El Amor? (Jortini) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora