DAILA JONES
La semana paso rápido, ya era sábado. Estaba en mi habitación considerando lo de la carta que me dijo Enith. Amaba a Javon como no tienen idea, pero cada que trataba de escribir sobre mis sentimientos, su estúpido hermano gemelo llegaba a mi mente. No podía escribir una carta de amor al chico que me gustan sintiendo atracción por su hermano.
—Maldita sea.–Solté un grito de frustración y me tire sobre la cama.
Llevo acá por lo menos unos 20 minutos pensando que debo decirle, miles de recuerdos inundan mi mente, desde el primer día que lo vi, hasta la última vez que fue hace apenas un día. Hemos pasado bastante, amo tenerlo cerca. Pero nuestra amistad desde hace tiempo que no es la misma, estuve tan ocupada con Enith y Jaden que lo olvidé a él por completo. Eso le dolió, ¿aquien no le dolería ver como su mejor amiga pase más tiempo con su hermano que con el?.
Me levanté de la cama para tomar mi libreta y un lápiz para tratar a escribir algo.
"Querido Javon, me gustas"
No eso es muy tonto.
Rápidamente borre eso, para escribir algo más desarrollado.
"Javon, mi querido mejor amigo. No sabes lo mucho que te quiero. Se que últimamente estuviste muy distante a mi, quería pedirte perdón, no fue mi intención pasar más tiempo con Jaden, que contigo"
—Que estúpido fue eso.–Enojada arranqué la hoja para volver a tirarme a la cama, dejando caer la libreta sobre mi rostro.—Auch.
Suelto un gran suspiro y un quejido de frustración.
—Ahh, esto es inútil.–Digo enojada al no obtener ninguna idea de mi tonto cerebro.
—¿Que es inútil?.–Hablo una persona.
Inmediatamente quite la libreta de mi rostro para ver de quien se trataba, estaba solo en casa y según yo nadie tiene las llaves.
—Me asustaste Jaden.–Le lance mi libreta al chico que había sido culpable de mi susto, pero este la atrapó.
—¿Que escribes?.–Mierda. Corrí hacia el para quitarle la libreta.
—Nada, damela.–Este solo frunció el ceño y alzo la libreta para que yo no pudiera alcanzarla.
—¿Que ocultas Dai?.–Pregunto el mientras me miraba.
—Nada, devuélvemela.–Brinque para alcanzarla pero fue inútil.
—Espera.–Se detuvo por un segundo y me observo de pies a cabeza.—¿Traes puesta mi sudadera?.–Pregunto mientras hacia una cara de sorpresa.
Había olvidado eso, nunca la devolví y no tengo intenciones de hacerlo, es demasiado cómoda. Me quedaría con ella para siempre, en realidad siempre la uso, pero creo que hasta aquí llego porque el dueño de esta solo me miraba con los ojos entre cerrados mientras se acercaba a mi lentamente.
Por instinto comencé a retroceder lentamente, pero la pared me detuvo. Choque con ella. Por otro lado Jaden no se detuvo hasta llegar a mi dejándome acorralada contra la pared. Tiro la libreta hacia un lado y coloco sus dos brazos cubriendo mis únicas salidas.
—¿Creíste que no me daría cuenta?.–Susurro lentamente en mi oído. Dios eso fue jodidamente sexi, la manera en la que lo hizo, con su voz ronca todo quedó perfecto.
Jaden lentamente puso hacia atras uno de mis mechones de cabello que se habían colado a mi cara. Después paso lentamente su mano por mi rostro en forma de caricia.
Dios mio santo, ¿por qué me pone tan nerviosa?
Tranquila Daila, mantén la calma. Esto ya lo has visto otra veces en uno de los tantos libros que has leído y sabes que no terminara nada bien.